Oleada de atentados con bomba al inicio del Ramadán

Al menos 28 personas murieron ayer en una cadena de atentados con bomba y diversos tiroteos en Irak, justo un día después de que un grupo radical vinculado a Al Qaeda amenazara con una nueva oleada de violencia con motivo del mes santo musulmán, el Ramadán, que empezó el viernes pasado.

Una continuada campaña de violencia supondría un duro revés para las autoridades de EE UU y de Irak, que sostienen que el plan de seguridad puesto en marcha hace siete meses ha reducido los atentados y ha desmantelado la red de operaciones de la insurgencia suní.

El ataque más grave de ayer se produjo en la localidad de mayoría suní de Muqdadiya, al norte de Bagdad, donde hombres armados -se sospecha que de Al Qaeda- mataron a tiros a 14 personas y quemaron una docena de comercios.

En el norte, en el municipio de Tuz Khurmate, un suicida cargado con una bomba mató a seis personas en la terraza de un café. En Bagdad, otras ocho personas perdieron la vida en cuatro atentados diferentes.

Mientras, el Ejército estadounidense anunció ayer que ha detenido a un supuesto militante de Al Qaeda como responsable del asesinato, la semana pasada, de un líder suní clave en la provincia de Al Anbar, el jeque Abdul Sattar Abu Risha. Este dirigente se entrevistó con el presidente estadounidense, George W. Bush, cuando viajó a Irak hace dos semanas, y encabezó la alianza de tribus que han ayudado a los militares de EE UU a luchar contra Al Qaeda en esa provincia.

En el frente político, la situación está lejos de mejorar. El ya de por sí debilitado Gobierno del chií Nuri al Maliki recibió el sábado pasado un nuevo golpe con la retirada del Gabinete de los ministros vinculados con el influyente clérigo chií Múqtada al Sáder. La salida de los saderistas deja al primer ministro sin mayoría en el Parlamento.