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Reportaje:

Philips se hace una y trina

El grupo holandés se reinventa y prioriza la salud y el bienestar del consumidor en sus actividades

Isabel Ferrer

Gerard Kleisterlee, presidente y director ejecutivo de Philips, ha decidido preparar a la multinacional holandesa de la electrónica para el futuro aplicando de manera visible su lema de cabecera: "Simple y con sentido". Convencido de que en el bienestar del consumidor, cada vez más longevo e interesado por lo que compra, radica la clave del crecimiento de su empresa, ha simplificado hasta el límite la organización interna.

A partir de ahora, Philips contará con tres áreas especializadas en cuidado de la salud, lámparas (iluminación) y estilo de vida. Una reorganización de gran calado centrada en convertir las necesidades sanitarias del ciudadano en un negocio próspero y asequible.

Tras años de proyectos de ahorro y desarrollo que han visto reducir el número de sus divisiones operativas de 14 en 1996 a este trío estelar recién presentado, Philips parece haber hallado la fórmula que le permitirá afrontar en buena forma los retos del nuevo milenio. Guiados por la visión de Kleisterlee de un futuro centrado en la salud y en los productos más cercanos al comprador, los departamentos de electrónica para el consumo y de aparatos domésticos serán agrupados en uno solo, denominado estilo de vida. Hasta la fecha, la electrónica para el consumo se encargaba de sacar al mercado, entre otras cosas, televisiones o aparatos de DVD. El de aparatos domésticos fabricaba artículos tan hogareños como las cafeteras Senseo, maquinillas de afeitar o aspiradores. Sin embargo, y a pesar de que estos productos solían acabar en los escaparates de las mismas tiendas, la manufactura se hacía por separado. Dicha contradicción espera ser corregida con la reforma y la ayuda del nuevo apelativo. Porque estilo de vida no es una expresión escogida al azar.

A partir de ahora reflejará el impulso que Kleisterlee pretende darle para evidenciar que ya no es sólo una firma de electrónica. "El futuro lo van a marcar la salud y el bienestar. Dos necesidades que deben estar al alcance de la mano y poder pagarse", dijo al presentar la reestructuración. "El envejecimiento progresivo de la población y la tendencia al desarrollo sostenido en un mundo globalizado", dijo, "suponen un reto para el que Philips estará lista si sabe adaptar su estructura y ser uno de los actores de esta nueva realidad".

El otro cambio sustancial lo experimentará la división de sistemas médicos, que englobará los aparatos sanitarios para el hogar. Pasa a llamarse cuidado de la salud, "con el ánimo de reflejar la búsqueda de soluciones a domicilio para el consumidor anónimo y de aparatos de alta precisión, con grandes prestaciones, para los hospitales", señalan en Philips.

La contrapartida financiera de estos cambios, "pensados para crecer y sin recortes de empleo a la vista en ningún país", según las mismas fuentes, es también muy ambiciosa. En primer lugar, Philips tratará de reducir entre 150 y 200 millones en costes y obtener un incremento anual de las ventas del 6% entre 2008 y 2010. El plan de acción contempla a su vez una mayor rentabilidad operativa, y espera, para dentro de tres años, que el margen bruto de explotación del negocio supere el 10%.

Pero la innovación de la gama de productos y la concentración de esfuerzos de este plan no ha surgido de repente. La multinacional ha ido preparándolo a base de adquirir otras compañías en operaciones valoradas hasta hoy en 4.700 millones. Kleisterlee quiere seguir comprando para aprovechar la capacidad de maniobra ofrecida por la actual crisis crediticia que ha reducido la competencia. Además, las arcas de Philips están lo bastante saneadas como para comprar sin crédito gracias a la venta de la división de semiconductores efectuada en 2006. Para el presidente, su reorganización llega en un momento grato para la firma como marca compacta y reconocible. Su visibilidad y su valor empresarial han aumentado en los últimos tres años, y de ahí que la sección de lámparas no vaya a ser lanzada como firma independiente. Algo que los analistas han sugerido en numerosas ocasiones.

Philips es uno de los primeros fabricantes de bombillas de bajo consumo que le reportan beneficios estables. Además del valor simbólico de la iluminación para una empresa familiar que empezó vendiéndolas como único producto, Kleisterlee cree que siguen siendo uno de los pilares del grupo.

Agrega que si bien hace seis años la especialidad de Philips consistía en producir y en innovar en tecnología, "ahora estamos centrados en la gente". Toda una declaración de principios para el empresario que lleva desde 2001 renovando y saneando la casa.

Gerard Kleisterlee, presidente y director ejecutivo de Philips.
Gerard Kleisterlee, presidente y director ejecutivo de Philips.ASSOCIATED PRESS

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