Del Mudial de Corea a Pamplona
Rijkaard cita por primera vez a Bojan al llegar Messi con molestias de su cita con Argentina
De las lágrimas de Corea, cuando se perdió la final del Mundial sub-17, a su alegría por ser convocado por primera vez con el Barça para un partido oficial. La vida de Bojan Krikic va a la velocidad de la luz porque todo eso pasó en seis días: del domingo de la semana pasada a ayer. El joven delantero, de 17 años, regresó de Corea el martes tras la derrota de España en la final, se entrenó el jueves con el primer equipo y ayer el técnico Frank Rijkaard le convocó para el partido que el Barça juega esta noche en Pamplona. El holandés le citó después de que Leo Messi llegara de jugar un partido en Australia con su selección con una contractura en los isquiotibiales. El Barça recibe el miércoles al Olympique de Lyon y Messi se quedó en Barcelona por precaución y para que no se pierda el debut en la Champions.
"Messi está bien: está un poco cargado y preferimos no correr riesgos", explicó Rijkaard. El Barça inició la temporada en Santander con cuatro delanteros de lujo (Ronaldinho, Eto'o, Messi y Henry) y con el suspense de quién se quedaría en el banquillo. El francés fue entonces suplente y, una semana después, ante el Athletic (3-1) integró la delantera titular porque Eto'o se rompió para dos meses. Ahora es Messi quien se ha caído de la lista y todo apunta que el lugar que queda libre, si Rijkaard no se saca un as de la manga, es para Geovani. "Tanto él como Bojan están preparados para jugar. Son jugadores del primer equipo a todos los efectos", dice el entrenador del Barça y el director deportio Txiki Begiristain. No les falta razón porque el mexicano fue el máximo goleador del equipo en la pretemporada y Bojan impresionó en los amistosos y en el Mundial sub 17, en el que marcó cinco goles.
Hábil, rápido y con un instinto letal en el área, Bojan, hijo de un ex jugador serbio y de una leridana, regresó el martes a Barcelona con sentimientos encontrados: explicó que la expulsión que sufrió en la semifinal de Corea y que le privó de la final era la primera de su vida. "Pero el Mundial me ha ayudado a crecer", explicó. Tras la mala imagen ofrecida en Santander y el irregular partido ante el Athletic, el Barça sabe que no puede fallar ante Osasuna en un estadio que no le es precisamente propicio. "Sabemos el ambiente que habrá y que la gente espera mucho de nosotros", dijo Rijkaard, que solo ha tenido dos días para preparar el partido tras la diáspora de sus internacionales. Enfurecido por esas convocatorias, el presidente Joan Laporta ha advertido a la UEFA que los clubes se podrían rebelar si no obtienen una compensación económica de las selecciones por ceder a sus jugadores.
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