Calderón enciende el turbo
De la mano de su base, España deslumbra ante Alemania y se proclama brillante semifinalista
Los partidos suelen tener nombre y apellidos y el que debía poner a España a dos pasos del título europeo de baloncesto llevaba inscritos los de Dirk Nowitzki y Pau Gasol. Pero nada está escrito de antemano. Menos aún cuando en liza están los campeones del mundo. Sucedió que Calderón dijo cuándo y cómo iba a decidirse el partido. Fue él quien, mediado el segundo cuarto, encendió el abarrotado Palacio de los Deportes de Madrid. Puso en marcha el turbo, agujereó la canasta alemana y dio el tirón que zanjó la cuestión.
Ni Nowitzki ni sus compañeros aguantaron más allá de 15 minutos. Desde que Calderón estiró de la cuerda, los alemanes quedaron a expensas de los chispazos del juego español. Cuando no era Rudy Fernández, eran Navarro o Garbajosa. No dejaron planear la menor duda. Son abismalmente superiores a los germanos, capaces de impedir que Nowitzki les haga cosquillas y no dan la menor posibilidad a una hipotética descarga negativa por el peso del acontecimiento, nada menos que el pase a las semifinales del Eurobasket.
Entra en acción cuando sus compañeros no aciertan. Pocos poseen ese don de la oportunidad
El cambio del marcaje individual a la defensa en zona; la salida en estampida de Garbajosa, que sumó cinco puntos en los dos primeros balones que tocó, y un triple de Rudy marcaron el primer punto de inflexión del partido (16-9).
Los problemas españoles se habían centrado en el rebote. La altura le otorga al equipo alemán una ventaja de salida. El trío formado por Femerling, Nowitzki y Okulaja, a los que luego se sumó Jagla, difícilmente deja escapar un balón suelto por el aire. Otra cosa es que no consigan aprovechar esa ventaja para anotar después cerca del aro.
Otro problema para la defensa española fue el ya consabido: Nowitzki. Felipe Reyes se emparejó con él antes de que se encargara del asunto Garbajosa. La estrella de los Mavericks asustó con un triple en la primera jugada. Enseguida se comprobó que los alemanes no iban a explotarle a ultranza. Se dieron su tiempo, buscaron otras opciones, mayor variedad en su juego. Penetraban los pequeños, insistían con balones dentro para Femerling o Jagla y sólo de vez en cuando recurrían al poder resolutivo de Nowitzki. Mantenían el tipo (empate a 20). Los triples de Navarro y las penetraciones de Calderón devolvieron la ventaja a España (35-27).
La situación se hacía insostenible para el equipo alemán a pesar de que España tampoco sacaba el rédito que habitualmente le proporciona Pau Gasol, muy acogotado por las torres rivales, a las que, eso sí, intimidó de entrada con tres tapones. Navarro y Garbajosa fallaron dos triples en una fase en la que la defensa en zona española causó estragos entre los alemanes, que en seis minutos sólo anotaron cinco puntos. No sabían descerrajar la cobertura roja y lo que ganaban en rebotes lo perdían con su mal cuidado de las posesiones y con las faltas.
Calderón fue quien permitió a España pasar de la barrera de los diez puntos de ventaja (40-27). El base de los Raptors de Toronto demuestra un poder resolutivo demoledor. Sus ráfagas son letales. No se hincha de balón. Es cuando sus compañeros no acaban de acertar cuando él entra en acción. Pocos jugadores poseen ese don de la oportunidad, esa capacidad para leer el juego, tan altruista y a la vez tan responsable.
A partir de aquel momento, el equipo español se lanzó a tumba abierta. Corría, encajaban las piezas, desbordaba a los alemanes. Rudy fue el primero que avisó: no iban a contemporizar. Con la intensidad adherida al cuerpo, uno tras otro, los jugadores españoles fueron exhibiendo su tremendo potencial. Los alemanes estaban para el arrastre muchísimos minutos antes de finalizar y el partido, por supuesto, visto para sentencia con diferencias que traspasaron la barrera de los 30 puntos.
Así se las gasta España, que está por quinta vez consecutiva en las semifinales del Eurobasket, ahora en casa y como campeona del mundo, y que se jugará el pase a la final contra el vencedor del encuentro que disputarán hoy Eslovenia y Grecia.
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