Turistas buscan coraceros

Madrileños y forasteros podrán asistir a partir de enero, al menos una vez a la semana, al ahora mensual relevo de la Guardia Real. Se trata de una parada militar vistosa y de gran colorido. Su escenario es la plaza de la Armería, en el ala sur del palacio Real.

Han sido los empresarios del turismo en Madrid quienes han propuesto a los responsables políticos del Gobierno regional y del Ayuntamiento una mayor frecuencia de la ceremonia, por considerarla dotada de un potente atractivo turístico. Tanto, que la creen capaz de estimular aún más la visita de forasteros a la ciudad. Madrid recibió el año pasado siete millones de visitantes y los hoteleros pretenden aumentar esa cifra en medio millón más.

La parada es una de las ceremonias más vistosas y de mayor colorido de Madrid

Sobre tal iniciativa versó una segunda reunión celebrada el miércoles en Madrid, precedida por otra el pasado 17 de julio, entre representantes regionales y municipales, con Jesús Gatell, de la Asociación de Empresarios de Hoteles; Arturo Fernández, de la patronal CEIM, y Salvador Santos Campano, presidente de la Cámara Oficial de Comercio, entidad anfitriona del encuentro.

En aquella ocasión asistió el consejero de Cultura y Turismo del Gobierno regional, Santiago Fisas, y en ésta, Miguel Ángel Villanueva, concejal de Economía y Empleo. Tras la primera cita, se iniciaron contactos entre representantes de los reunidos y la administración responsable de la Guardia Real, para precisar la demanda de los empresarios madrileños y perfilar sus posibilidades.

Fuentes asistentes consideran que si bien la demanda va a ser sin duda satisfecha -dado el prestigio que la ceremonia otorga a la ciudad, por su aceptación entre el público-, tendrá más viabilidad si la parada militar se transforma en semanal en vez de realizarse dos veces por semana, como demandan los empresarios.

Los principales obstáculos para acentuar la frecuencia del relevo de la Guardia Real, aparte de los concernientes a la seguridad de las tropas en escena, derivan de la complejidad logística del solemne acto, por el elevado número de participantes que moviliza: más de dos centenares. Por otra parte, la agenda del palacio ocasionalmente se destina a actos de Estado, desde recepciones de embajadores a banquetes oficiales, que impiden la vistosa parada.

Infantes provistos de fusilería, escuadrones de lanceros a caballo y coraceros, artilleros con armones, en su mayor parte ataviados con indumentaria de 1875, más la Unidad de Música de la Guardia Real que dirige el coronel Francisco Grau, participan ahora cada primer miércoles de mes, salvo agosto y septiembre, en la solemne parada en el recinto regio.

Las tropas en escena muestran polícromas casacas, relucientes sables y cascos plateados; los infantes tocan sus cabezas con el ros decimonónico. El relevo sigue un guión estricto en el que la milicia evoluciona bella y cuidadamente sobre el patio regio, con entrada del relevo, salida de la guardia, saludo, desfile y, en ocasiones, carrusel ecuestre. Al finalizar el despliegue marcial, ya en el exterior de palacio y ante la Puerta del Príncipe, la Unidad de Música de la Guardia Real interpreta partituras bailables, cantables y folclóricas, celebradas por el público con regocijo por la calidad de la banda.