Laurence Iché, poetisa surrealista

En el despacho de Charles de Gaulle, y seguramente en el de Nicolas Sarkozy, figura una escultura que simboliza la Resistencia de París ante los alemanes. Esa escultura es obra de René Iché, y la mujer que posó para esa pequeña y simbólica escultura fue su hija Laurence con 19 años. Aquel símbolo, que representaba a una joven con el brazo derecho extendido hacia el cielo y con el otro tapándose la cara, defendía la libertad de Francia. Quizá por eso Laurence amó toda su vida la libertad. Miembro del grupo surrealista de la Resistencia francesa contra la ocupación nazi, La Main à Plume, junto a Robert Rius, Léo Malet, Maurice Blanchard, Jean-François Chabrun, Marc Patin, Jacques Herold, Tita, Manuel Viola, Óscar Domínguez, Paul Eluard... Laurence se casó por aquella época con el poeta y secretario de André Breton, Robert Rius, creador de La Main à Plume, y posteriormente torturado y ejecutado por la Gestapo. Más tarde, Laurence contrajo matrimonio con el pintor español Manuel Viola, con quien vendría a vivir para siempre a España. Quizá los vecinos de la pequeña localidad de Galapagar, en Madrid, no supieran que entre sus vecinos estaba esta pequeña gran mujer de ojos caídos. Una mujer torbellino que desde niña conoció a Picasso, trató con las mentes más arriesgadas del París de entreguerras, se jugó la vida publicando poemas en un grupo clandestino y era prácticamente una de las pocas mujeres vivas que participaron del Segundo Grupo Surrealista de París.

Publicó el libro de poemas eróticos Au fil du vent en 1942, con ilustraciones de Óscar Domínguez Y etagère en flamme, en 1943, ilustrado por Pablo Picasso. Fue modelo para su padre René Iché, para Víctor Brauner o para Picasso. Tradujo por primera vez a Camilo José Cela al francés y también tradujo la correspondencia del pintor surrealista y amigo Óscar Domínguez. Una de sus amigas de toda la vida fue Maud Bonneaud, otra joven francesa amiga de Breton y miembro de alguna manera también del Segundo Grupo Surrealista. Maud y Laurence vivieron la represión en aquella ciudad que era la capital del mundo por entonces, desde la lucha diaria por conseguir comida hasta la fiesta continua en el taller de Picasso cuando triunfó la liberación. Maud se casó con Óscar Domínguez, el dragón canario, según Breton, y luego con el crítico de arte Eduardo Westerdahl. Las dos amaron por encima de todo la libertad, las dos se casaron con pintores españoles, las dos murieron solas en Madrid y las dos fueron musas de una época. Quizá la época más brillante del arte del siglo XX. Laurence Iché, una gran mujer.