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Derrumbe mortal del gran viaducto del AVE

Un fallecido y cuatro heridos en unas obras del tren en Ourense denunciadas por falta de seguridad

Un fallo en el sistema de retención del tablero que transportaba una plataforma de hormigón del viaducto del AVE en O Carballiño (Ourense) provocó ayer el hundimiento del puente por varios puntos y la muerte del encargado de la obra. El accidente se produjo a las 6.15, cuando una cuadrilla de 11 operarios finalizaba su turno. El capataz murió aplastado y cuatro trabajadores resultaron heridos, si bien están fuera de peligro. El Ministerio de Fomento, la Xunta, la constructora (la UTE de FCC y Comsa) y ADIF han abierto investigaciones para determinar la causa del derrumbe. Los sindicatos, por su parte, han denunciado el trabajo a destajo -en jornadas de más de doce horas- de las cuadrillas y han convocado un paro para el lunes.

A las seis y cuarto de la mañana la tierra tembló en Arcos (O Carballiño), donde se estaba construyendo el puente de mayor longitud de la red del AVE en España (1.444 metros) que en el punto del accidente alcanzaba una altura de 38,5 metros. La ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, lo contempló el martes desde el minibús que encabezaba una comitiva organizada para mostrar a los medios el avance de las obras entre Ourense y Santiago y prometer su conclusión en 2012. Ayer, el presidente de ADIF, Antonio González Marín, ante el amasijo de hierros y hormigón en que quedó convertido el viaducto, reconoció la evidencia de la demora, aunque no fijó fechas.

Elena González, que tiene su vivienda a un palmo del viaducto, sintió a las 6.15 horas un ruido estremecedor y, después, la voz de alarma de su hija. "¡Se cayó el puente, mamá, se cayó el puente!". Toda la familia salió con linternas a socorrer a los heridos. "Pero falló el alumbrado y era noche cerrada", recuerda Elena. "Nos dimos cuenta de que no podíamos ayudar, así que avisamos al 061 y a Protección Civil, que llegaron de inmediato".

Elena González relata estremecida cómo los obreros comenzaron a bajar gateando sobre los pilares quebrados del puente que quedó convertido en una M incompleta: "No les oí quejarse, todos preguntaban dónde está Manuel, falta Manuel. Y empezamos a buscarlo". Manuel González Lago, el capataz de la obra, vecino de Vigo y único español de la cuadrilla, integrada por portugueses, estaba bajo el hormigón, ya muerto.

Según el relato de los obreros a los vecinos, el capataz se encontraba en la parte alta con un grupo de operarios, "pero al ver que se quebraba el puente por un extremo corrió hacia el otro lado, en donde también quebró, y no pudo salvarse". González Lago pertenecía a la compañía Comsa y los obreros heridos a la empresa zamorana Valdalla, subcontratada por la UTE.

Apertura de investigación

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Todos ellos estaban lanzando de madrugada el tablero correspondiente al séptimo tramo del puente. "No sabemos por qué, éste cogió un impulso superior al previsto y cayó la primera parte, la más cercana al estribo, y después las restantes", detalló la conselleira de Política Territorial, María José Caride, apenas cuatro horas después del suceso. Caride acompañó al presidente gallego, Emilio Pérez Touriño, que anunció la apertura de una investigación a cargo de Fomento.

El portavoz de FCC-Comsa, Javier Sanz, no se explicaba a mediodía qué pudo haber pasado para que no frenara el tablero. "Todavía no me lo creo, porque es prácticamente imposible", repetía Sanz señalando que "han tenido que confluir varios factores para que pase esto". Javier Sanz sostiene que el sistema empleado es el estándar pero mejorado: "Le habíamos añadido un soporte informático con una base de control de los sistemas hidráulicos de avance y frenado".

Pero no se evitó el desplome. Los sindicatos UGT, CIG y CC OO alertaron sobre las condiciones horarias y de seguridad laboral. El secretario general de Metal-Construcción de UGT en Ourense, Javier Barreiro, aseguró que los operarios de la obra realizan jornadas "de más de 12 horas en tramos de gran riesgo". Carreira sostiene que el sueldo "de entre 1.600 y 1.800 euros que se les paga a estos obreros, les tapa la boca y no denuncian el incumplimiento de la legislación, que es muy clara al establecer que las jornadas en los túneles son de seis horas". Y mostraba el sindicalista la evidencia al pie del viaducto: "¿Veis a algún trabajador? La empresa se los ha llevado a todos para que no hablen".

UGT sostiene que los operarios, en su mayor parte portugueses, "carecen de la formación adecuada, hacen interminables jornadas y en numerosos casos añaden a éstas las dos horas diarias de viaje a Oporto, en donde viven". La denuncia se suma a la realizada por la CIG alertando de que las empresas llevaban a los trabajadores a centros de salud en lugar de a las mutuas "para camuflar los accidentes laborales".

Pero ayer, el presidente de ADIF -organismo que debe vigilar el cumplimiento del plan de seguridad- y Francisco García, director general de Fomento, Construcciones y Contratas -empresa a la que compete la protección de los trabajadores y que ya estaba siendo investigada por la consejería de Trabajo- negaron el destajo, aseguraron que las jornadas son de ocho horas y mantuvieron que en el tramo siniestrado se había establecido un turno de noche esta semana.

Los tres sindicatos han convocado un paro el lunes en las obras del AVE en toda la provincia, con amenaza de convocar una huelga de la construcción si la empresa pone reparos.

Una empresa investigada por la Xunta

La Unión Temporal de Empresas (UTE) que ejecuta el tramo del viaducto de O Carballiño estaba siendo investigada por la Consejería de Trabajo de la Xunta. La directora general de este departamento, Pilar Cancela, aseguró ayer que FCC-Comsa "está incluida en el plan de actuación específico" de que ha puesto en marcha su departamento para analizar el cumplimiento de la normativa de seguridad. "Está en el itinerario de trabajo permanente porque hay una denuncia sindical", anunció la representante de la Xunta, que evitó hacer público el resultado de la inspección con el argumento de que ayer no era "el día" para hacerlo.

La directora general se mostró rotunda al expresar su malestar por la "cadena de siniestros laborales" que afectan a Galicia. "Esto no es una cuestión puntual, sino algo generalizado", manifestó al contemplar el estado del puente desplomado. Y apostilló: "Hay mucho trabajo por hacer, muchísimo".

Cancela pidió prudencia al evaluar los hechos que pudieron dar lugar a la catástrofe, pero fue explícita al destacar que "la duración de las jornadas y los descansos influyen" sobre la eficiencia de los trabajadores y reconoció que la cuadrilla que trabajaba en el momento del desastre "era el turno de noche, que estaba a punto del relevo". La directora general anunció que la próxima semana se reunirá con representantes de la empresa y aseguró: "Si incumplieron, cumplirán con contundencia".

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