Carrilero salvaje
El seleccionador considera que el gran momento de Ramos demuestra que su sitio ideal es la banda y destaca su mejoría en los centros
"¿Qué Juanito? ¿El del Betis?". Sergio Ramos sonríe. El defensa madridista de la selección española necesita buenas noticias. Por debajo de las mechas doradas, las gafas de Gucci, el neceser de Louis Vuitton, y los tatuajes inspirados en El Señor de los Anillos hay un chico en una encrucijada. La muerte de su amigo Antonio Puerta, al que el equipo nacional planea homenajear hoy, le sumió en un estado de melancolía que no puede disimular. Se le ve menos elocuente, más distante. Cuando se entera de que Juanito le elogia, se siente halagado. Porque Juanito, después de todo, es un jugador del Betis. Y él es sevillista de nacimiento. Esta noche los dos serán titulares en la defensa que España presentará ante Islandia en el partido de clasificación de la Eurocopa.
"Es fuerte y joven. Cuando se haga mayor, tendrá tiempo de ser central", dice Juanito
"Su vehemencia hace que necesite espacio. Hay que darle metros para recorrer", opina Luis
"Sergio es fuerte y joven", dice Juanito; "cuando un jugador de sus características está en el apogeo, lo mejor es aprovecharlo en la banda; cuando se haga mayor, entonces tendrá tiempo de ser central". Juanito es uno de esos gaditanos que huyen de la frivolidad. Tiene 31 años y ha visto crecer a Ramos con la nostalgia con que los veteranos observan a los jóvenes. Hoy, Ramos es uno de los jugadores más importantes del fútbol español. Se ha sobrepuesto a los cambios de posición y se ha reafirmado como lateral derecho. Allí es donde le gusta jugar. "Porque me puedo ir al ataque", suele decir.
Por primera vez en dos años, después de oficiar de central por orden de Vanderlei Luxemburgo y Fabio Capello, sus entrenadores en el Madrid, Ramos ha tenido la oportunidad de lucirse en el carril. Lo ha hecho con autoridad. En las dos primeras jornadas de la Liga ha dado dos pases de gol (a Raúl y a Van Nistelrooy). Las incursiones por la banda convierten a Ramos en una presencia imprescindible para comprender al Madrid actual. En la selección es más importante todavía.
Al igual que Bernd Schuster, el técnico del Madrid, y Luis Aragonés, el seleccionador, Juanito cree que el puesto ideal para su colega es el de lateral. "Para jugar en la banda", prosigue, "necesitas mucha energía. No es como en el centro de la defensa, donde puedes ahorrarte esfuerzos. Para que un lateral funcione bien tiene que estar en la plenitud física. Ahora, Sergio está a tope. Tiene 21 años y me parece que se ha acomodado al lateral a la perfección porque, además, tiene un buen centro y un gran disparo. Cuando se suma al ataque, lleva peligro".
La travesía aérea tuvo a Luis Aragonés sumido en reflexiones que tuvieron poco de futbolísticas y mucho de existenciales. Al llegar a Islandia, el técnico había mencionado varias veces a un tal "Frank" como si de un viejo colega se tratase. El susodicho era Frank Sinatra, claro. En las meditaciones de Luis se mezclaban cantantes con toreros, actrices con actores. Por las calles de Sevilla cabalgaba el Gitanillo de Triana junto a Dominguín y en Hollywood se mezclaban Ava Gardner con el doctor Ibáñez. Entre la multitud de viejas glorias, de vez en cuando, hacía un inciso. Por ejemplo, para hablar de Sergio Ramos. El discurso de Luis sobre el jugador del Madrid no ha cambiado. Siempre le consideró una especie de caballo salvaje al que había que liberar de restricciones.
"Él puede jugar como central también", dice el seleccionador; "lo que pasa es que tiene unas condiciones que le van bien para el lateral". "Es un jugador de una vehemencia que hace que en el campo necesite espacio. Hay que darle metros para recorrer", concluye; "es joven y para ser central se necesita experiencia. Hay que saber colocarse y dosificar esfuerzos. Él no está para eso. Porque, además, tiene buen pie. Lo que más valoro en él es cómo ha mejorado los centros. ¡Qué gol le puso a Van Nistelrooy! ¡Y a Raúl!".
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