La mitad de la Guardia Civil en Fontcalent, de baja laboral
Tres de las siete torres y la garita de acceso están sin vigilancia
El sindicato AUGC, de la Guardia Civil, denuncia que las deficitarias condiciones en materia de salud laboral, los exiguos salarios y los eternos turnos a los que son sometidos los agentes encargados de la vigilancia exterior de la cárcel alicantina de Fontcalent motiva que la mitad de la plantilla actual esté de baja laboral. Tres de las siete torres vigía y la garita de acceso al recinto están sin vigilancia. La Comandancia de Alicante ha asegurado a los funcionarios que la seguridad está garantizada.
De las siete garitas desde donde se vigila todo el complejo, sólo cuatro están ocupadas con agentes de la Guardia Civil. El motivo que, según la AUGC, esgrime la Comandancia de Alicante estriba en que desde estos cuatro puntos es factible el control de todo el recinto, de un perímetro de 5 kilómetros. Pero a las tres torres vacías habituales, se suma desde junio la garita de acceso al recinto. Esta circunstancia deja, según los sindicatos de prisiones, al personal laboral y a sus familias en la "más absoluta" desprotección a pesar de ser un "claro objetivo de la banda terrorista". "Los funcionarios tienen miedo", declara José Luis Guerrero, de UGT. A lo que añade Luis Tobar, de CSI-CSIF: "Que cualquiera pueda acceder a la prisión, es muy peligroso".
Muchos de los agentes pidieron el traslado a otros destinos y no han sido reemplazados. AUGC argumenta que Fontcalent es el destacamento más "defenestrado" por los agentes de la Guardia Civil a causa de las "ínfimas" condiciones en materia de salud laboral, de los eternos horarios y de la baja remuneración salarial. Manolo Martínez, de la AUGC, señala que estos factores explican que más del 50% de la plantilla destinada en Fontcalent esté actualmente de baja por cuestiones psicológicas.
El déficit de agentes de la Guardia Civil, cuerpo al que compete la vigilancia exterior de las prisiones, preocupa sobremanera a los funcionarios de Fontcalent. La plantilla teme por su integridad física y por la de las familias que viven en chalés en el interior del complejo carcelario. Para los sindicatos de prisiones es "cuanto menos aberrante" que tres días después de que la Comandancia retirase la vigilancia en el acceso al recinto, los funcionarios recibieron "paradójicamente" una circular de las fuerzas de seguridad que aconsejaba "extremar las medidas de seguridad" tras el anuncio del fin de la tregua de ETA. Desde junio, los 700 funcionarios de la prisión y las cerca de 70 familias que residen en chalés en el interior del complejo están "atemorizados" ante la precaria seguridad, según denuncia UGT y CSIF. A su entender, "la más alarmante" es el nulo control del acceso. La subdelegada del Gobierno, Encarna Llinares, admitió el lunes que la garita de entrada carece de vigilancia policial si bien, según precisó, solamente por espacio de entre media y una hora. Este extremo fue rechazado de plano por los sindicatos.
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