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Fútbol | Segunda jornada de Liga

Goles para João

Le pegó con la derecha, fuerte y tocada. Voló Gorka Iraizoz, pero ni llegó a rozar el esférico con su manopla izquierda. La pelota entró pegada al palo izquierdo de la portería rojiblanca, el Camp Nou gritó el gol y Ronaldinho corrió, apartando compañeros, hasta la zona donde se ubican los familiares de los jugadores. Frente a los asientos de los VIP, Ronaldinho movió los brazos de izquierda a derecha, como acunando a un niño, imitando al gesto de Romario y Bébeto en el Mundial 98 al celebrar el primer gol ante Rusia dedicándoselo al hijo del delantero del Deportivo, que había nacido unos días antes. João, el hijo del Gaucho tiene dos años y medio y ayer acudió por vez primera al campo de la mano de su tía Deisi. Minutos después de su primer gol del curso, Ronaldinho transformó un penalti que pitó el árbitro por supuesto derribo de Iraizoz a Henry. Lo gritó con rabia y sonrió satisfecho mirando otra vez a su pequeño.

Sin Eto'o, que saldrá hoy del hospital, y con Giovani en el banquillo, Rijkaard apostó por un ataque formado por los famosos y los veteranos. Messi y Henry abrieron el campo de derecha a izquierda y colocó a Ronaldinho moviéndose de falso delantero centro. Le salió bien, porque el brasileño arrastró a los centrales y, además de marcar dos goles, encontró espacio para sacar pases. Lo fue el que le dio a Henry en el minuto 34 y que terminó en penalti, y también los dos pases que habilitaron a Giovani en el segundo tiempo. El mexicano, que relevó a Henry la última media hora, malogró el remate.

Ronaldinho jugó e hizo jugar; tocó, buscó el regate y le pegó bien a balón parado. "Trabajo para que esta sea mi mejor temporada en el Barça", dijo durante la gira por Asia. Tras el debut en Santander, pareció que estaba lejos de su mejor momento. Ayer estuvo un poco más fino, como suele ante el Athletic, equipo al que parece haberle cogido el gusto: de ocho partidos, le ha ganado seis, empatado dos y le ha marcado tres goles. El Gaucho lleva 15 goles de falta desde que llegó al Barça: sólo la temporada pasada marcó de seis faltas en la Liga. Ayer, renacido, Ronaldinho llevó al Barça al triunfo y le dedicó los goles a João, al que saludó cuando se fue al banquillo, mediado el segundo tiempo: Márquez había visto la roja y Rijkaard prefirió a Milito antes que a Ronaldinho para acabar el partido. Maldita la gracia que le hizo al Gaucho.

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