Los hosteleros advierten de que ya no pueden "vivir del verano"

Los hosteleros cierran agosto con una ocupación satisfactoria y con algún síntoma poco prometedor de cara al futuro. José Palacios, vicepresidente de la federación de Valencia y provincia, advirtió ayer de que el proceso de desestacionalización hará pronto imposible al sector "vivir de los meses de verano". El fin del modelo tradicional, afirmó, ha empezado a manifestarse con el descenso de turistas entre semana. Castellón reconoció una peor temporada que la anterior y Benidorm se mantuvo exultante.

La realidad ha cambiado y el futuro de los hoteles y restaurantes pasará por aprovechar el tirón de los fines de semana, el nuevo modelo de escapada sostenido en la revolución de las aerolíneas de bajo coste, afirmó Palacios en declaraciones a Europa Press: "Se acabó el turismo tradicional y vacacional"; "es el momento de hacer los negocios rentables durante todo el año".

El conjunto del litoral valenciano afronta "los cambios de criterios y de gustos" de los clientes: "la gente hace un uso más racional de su dinero", dijo -y lamentó que se hable de turismo de bocadillo por considerarlos "una falta de respeto hacia el turista"-; viaja más veces pero menos días y trata de conocer lugares que no ha visto. La revolución del low cost que ha hecho posible el cambio de tendencias, prosiguió, beneficia a los hosteleros: al liberarse de los paquetes de todo incluido, los turistas "han de buscarse la vida para conseguir alojamiento y comer".

El nuevo escenario exige al sector una apuesta por la "innovación y la creatividad". Acaba con una vieja forma de negocio y abre otra en la que los hosteleros deberán aprovechar los puentes y fines de semana durante todo el año para compensar lo que las características de la demanda turística "han hecho perder al verano".

Las provincias de Valencia y de Alicante no han crecido esta temporada, pero han mantenido el nivel del año pasado, considerado "uno de los mejores de la última década". Lo cual, en el escenario descrito, fue considerado por Palacios como un "buen" resultado.

Castellón es otra historia. La opinión de Palacios (los retrocesos "han sido superiores") fue respaldada por Carlos Gomis, gerente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de la provincia. A pesar de alcanzar en agosto una ocupación cercana al 90% para una oferta de 20.000 plazas, la temporada se cierra entre ocho y diez puntos por debajo de la anterior. Gomis relacionó el descenso, en una zona muy ligada al turismo interno, con la subida de las hipotecas y los tipos de interés.

Quien mantuvo el discurso ganador y antidramático que le caracteriza fue Pere Joan Devesa, presidente de la Asociación Empresarial Hotelera de Benidorm y de la Costa Blanca. En la auténtica fábrica turística valenciana aseguran no haber sentido los efectos de la desestacionalización. El verano, declaró será "mejor" que el del año pasado, con una ocupación para agosto que espera se mantenga en torno al 95%. Los comerciantes de Benidorm sí han percibido, sin embargo, que el turista gasta menos que en temporadas anteriores: hasta un 25%.