El nuevo jefe se trae a su equipo

Nuevo jefe, nuevo equipo. El recién nombrado secretario general del Partido Socialista de Madrid (PSM), Tomás Gómez, reunió ayer a la dirección de su partido por primera vez desde que asumió el cargo en el Congreso Extraordinario del pasado julio. Su primera decisión ha consistido en reorganizar la cúpula del grupo socialista en la Asamblea para colocar en ella a los diputados de su confianza.

Uno de los obstáculos que tiene Gómez es que la mayoría de los parlamentarios socialistas fueron elegidos por su antecesor en el cargo, Rafael Simancas, al confeccionar las listas electorales, y, por tanto, no todos son cercanos a él. Además, el nuevo secretario general no puede ser el portavoz parlamentario -como sí lo fue su antecesor- porque no es diputado regional, ya que él se presentó a las elecciones a la alcaldía de Parla (y revalidó con el 74,43% de los votos).

Hasta ahora Gómez ha dicho que no es necesario estar en la Cámara regional para ejercer una buena oposición. Cuando se le pregunta por esta cuestión suele decir que Simancas tuvo su mejor momento como secretario general del PSM mientras fue concejal del Ayuntamiento de Madrid. Y ya anunció durante el congreso de julio que su intención es que la oposición al Ejecutivo de Esperanza Aguirre no se ejerza sólo en el escenario de la Asamblea regional.

Otra cuestión es que la Cámara es el único espacio en el que la oposición tiene la posibilidad de un encuentro directo con Esperanza Aguirre para ejercer su labor de control al Gobierno. De ahí que no puede bajar la guardia en el grupo parlamentario.

A la cabeza de los diputados estará a partir de ahora la ex portavoz de Política Institucional de UGT, Maru Menéndez, que sustituye a la ex ministra socialista Matilde Fernández. Hasta ahora ha ejercido el cargo en funciones, como ayer destacó el secretario general, que felicitó a la diputada regional por su "brillante intervención en el debate de investidura". La propia Fernández ya expresó antes del Congreso que asumía el puesto temporalmente, como un servicio al partido, porque razones personales le impedían dedicarse plenamente a él.

Dentro del partido hay quien interpreta que el nombramiento de Menéndez supone bajar el perfil del portavoz, con la intención de que no haga sombra al nuevo secretario general. Otros consideran que, al ser su primera legislatura en la Cámara y en la política, no tiene vinculaciones significativas que perjudiquen su papel.

Junto a ella, continuará en la presidencia del grupo Pedro Sabando y también el portavoz en funciones Andrés Rojo, que era parte del núcleo duro de Simancas y ex secretario de Organización. La nueva dirección socialista ha premiado también a Adolfo Navarro, hasta ahora responsable de Educación, como portavoz adjunto. Este diputado encabezó el denominado grupo de Samarkanda que, tras el desastre electoral del PSM en las elecciones del 27 de mayo, reclamó una profunda renovación interna.

Junto a ellos, en un puesto que apenas tiene relieve público pero que en la práctica supone controlar el funcionamiento interno del grupo, las cuentas y la contratación del personal adscrito, Gómez coloca a una de sus colaboradoras más cercanas, Rosa Alcalá, que fue su segunda teniente de alcalde en Parla.

Otros movimientos han consistido en recolocar a los portavoces de algunas comisiones. Algunos de los que dejarán estos cargos se enteraron por la prensa.

Fuera de la organización interna, Gómez insistió en su intención de hacer una oposición constructiva. El primer paso consiste en reunirse con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, a la que, según avanzó, le ha pedido por carta una reunión oficial. "Bien firmada para que sepa quien soy", ironizó. Incluye en ella los asuntos a tratar: vivienda y sanidad. Pero no irá con las manos vacías. Llevará ofertas en ambas materias: un plan de Vivienda y una propuesta de acuerdo sobre el modelo sanitario. Porque Gómez ha empollado para septiembre.