La metamorfosis
"Me encantan tus piernas", repite una jurado de Supermodelo 2007 en Cuatro. Y el espectador, fascinado ante la concentración de belleza en bruto que ha atraído el casting, repara en las piernas de la muchacha. ¡Qué difícil lo tiene el jurado! De 1.300 aspirantes eligieron a 36, que en la noche del viernes quedaron en las 20 candidatas definitivas. "Tienes la cara, pero no el carisma", "Te falta expresión", "No vas a tener mi simpatía": "Aquí se decide su futuro". El estilista El Kum, jurado implacable, es Dios, llama a las chicas de usted. Ellas se estremecen.
Los estilistas mandan. Las chicas lloran; algunas gritan "¡Mami!", tanto si logran, como si no, el mágico zapato rojo que abre las puertas del que pretende ser el gran reality de la temporada. Desde mañana, en prime time, toda España verá el cambio de estas niñas. "Buscamos belleza, altura, carisma, juventud", se proclama. "Queremos emoción", la hay. "¡Gracias! Hasta ahora nunca nadie había dado un duro por mí". "¡Podré llegar mucho más lejos, voy a trabajar duro!". "¡He logrado mi sueño!". "Me han visto y no les he gustado". "En la vida todo tiene que costar", "¡Es superfuerte! ¡Estoy dentro!". Les va la vida. Ahí está la concursante que dio a luz hace 15 días o la que pasó cinco años de su vida superando una enfermedad. Otra ha dibujado al jurado y lo ha estampado en unas camisetas.
El talento de las jóvenes es grande, y aquí se presenta, al menos, una completa generación de chicas guapas de verdad. El casting ha pasado revista a su cuerpo -objeto de culto- y a sus vidas. La belleza es un ascetismo: antes se decía que "para presumir hay que sufrir". Nada más cierto. Broncas por comer chicle, porque suene el móvil o una risa a destiempo. Son los preliminares de la dura disciplina que les aguarda. Las 20 chicas aún son vírgenes: el lunes no sólo entran en un programa / escuela para ser modelos, sino, como escribió Goffman, "en una institución / invernadero donde se transforma a las personas". Ése será el espectáculo: su metamorfosis.
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