La región registra una media de un homicidio a la semana

La región sufre de media un homicidio por semana. En lo que va de año, han muerto de manera violenta 35 personas. Esta cifra es sensiblemente inferior al mismo periodo de 2006, en el que la lista de asesinatos en la Comunidad de Madrid ascendía a 46 víctimas.

Hasta la fecha, el homicidio más grave se ha producido en Móstoles. Ocurrió el viernes 12 de enero, cuando un hombre y una mujer de nacionalidad polaca fueron asesinadas en el piso octavo B del número 14 de la calle del Pintor Rivera. El supuesto autor fue un compatriota al que la dueña de la vivienda le había alquilado una habitación días antes.

La violencia sexista es la que más vidas se ha cobrado en los últimos ocho meses. En total son siete las mujeres que han sido asesinadas por su marido o su compañero sentimental. La primera fue Gina Montserrat Pérez, una nicaragüense de 34 años, muerta a puñaladas en su domicilio de Usera. La última ocurrió el jueves 19 de julio. Ana Mercedes S. J., dominicana de 32 años, falleció tras no haber podido superar las heridas que le provocó su novio, José Antonio P. A., de 40 años. Ocurrió cuando se encontraban en el domicilio que ambos compartían en alquiler desde hacía sólo 20 días. El supuesto homicida se entregó en la comisaría del distrito de Tetuán dos días después de la mortal agresión.

Dos bebés

Dos bebés también han sido víctimas de los homicidios en la región. La primera muerte se produjo el miércoles 11 de abril en el barrio de Orcasitas, cuando una recién nacida fue hallada muerta envuelta en unos pantalones de un chándal. Estaba dentro de un armario del cuarto de baño. La policía detuvo a los padres de la criatura.

Escarlin Martínez, una niña de 18 meses, ha sido la penúltima víctima mortal. Su padre la disparó en la nuca tras mantener una discusión con su madre en el llamado Parque de Ocio, en Torrejón de Ardoz. La niña permaneció ingresada dos días en la unidad de cuidados intensivos (UCI) del hospital 12 de Octubre, donde falleció. El autor del disparo, Roberto Martínez Muñoz, de 29 años, se descerrajó un disparo en la sien izquierda y se suicidó en el acto.

El primer homicidio del año se registró el mismo día de inicio de 2007. Fue el vigilante rumano Joan Grancea, de 28 años, que murió tras recibir dos puñaladas en Alcalá de Henares cuando intentaba impedir que un grupo de jóvenes se colase en la pista de hielo temporal instalada en la céntrica plaza de Cervantes, frente al Ayuntamiento de la localidad.