El PP borra a Aznar del callejero de Pinto
La alcaldesa cambia el nombre de políticos por el de músicos en 16 calles del municipio
No vive nadie en la calle de Adolfo Suárez de Pinto. No está previsto que alguien lo haga en el futuro. La esquina de Felipe González con Miguel Roca no es hoy el mejor sitio para quedar con unos amigos. Tampoco lo será dentro de unos años. Esos sitios simplemente no existirán. Los políticos o, mejor dicho, sus nombres, no tienen cabida en Pinto. Al menos no para el gobierno municipal, compuesto por el Partido Popular (PP) y Juntos por Pinto (JpP), que ha decidido eliminar de un plumazo el nombre de 16 calles de la localidad. Y todo porque hacían referencia a políticos.
Da igual que fueran ex alcaldes, ex presidentes del Gobierno de España y de la Comunidad de Madrid, o eternos padres de la Constitución. Los han cambiado por músicos y compositores.
Ex presidentes y 'padres' de la Constitución serán sustituidos por Albéniz y Manuel de Falla
"Me parece la típica polémica de políticos para políticos que vemos todos los días por todos lados", explica convencida Alicia. Su novio, Mario, no dice absolutamente nada. Sólo asiente a todo lo que afirma su novia.
El barrio de la Tenería II está en los albores de su creación. En realidad tan sólo se levantan apenas tres esqueletos de edificios de viviendas. El resto no es más que campo. Y hierbas que crecen sin orden.
Allí, al principio fueron los políticos. Antes que cualquier otra cosa. Antes casi que el cemento. Ha pasado algo más de un año desde que el Ayuntamiento, entonces gobernado por PSOE e Izquierda Unida, decidió dar a esas calles del nuevo barrio los nombres de Felipe González, José María Aznar, Gregorio Peces-Barba o Manuel Fraga. También los de Antonio Fernández, Gloria Razábal o Carlos Pénit: los tres alcaldes democráticos que, hasta ahora, ha conocido Pinto.
Pero después vinieron músicos y compositores. Insignes y, como tal, más dignos de reconocimiento, debieron pensar PP y JpP que, en cumplimiento de sus compromisos electorales, han cambiado a los ex presidentes por Isaac Albéniz, Manuel de Falla o Pablo Sarasate.
Tan sólo se ha mantenido un nombre. El primero que se decidió: Juan Pablo II seguirá teniendo su calle. Sobre ella no hay discusión. Al menos no entre los miembros de la Corporación. "Pues ya que se ponían a cambiar podían haber quitado todos, porque no es más digno cualquier papa que un presidente de España", reflexiona Luis mientras acompaña a su hija, que va montada en una bicicleta, por la calle de Calvo Sotelo, como aún reza el cartel instalado. La decisión no le parece "ni bien, ni mal", sólo "totalmente innecesaria".
Hay, no obstante, quien ve con buenos ojos la iniciativa. Como Nicasio. "Es mucho mejor poner nombres de músicos, de artistas, de gente reconocida, antes que de políticos, ¿no tienen suficiente ya con mandar?", sentencia. La realidad es que la polémica no se palpa en la calle. Así piensan al menos Susana, María y Lydia, que coinciden en que cambiar de nombre a las calles antes siquiera de que alguien viva allí es "surrealista".
Política virtual de las ideas. O de los nombres. Pero la medida ha escocido en la oposición, que ha calificado la medida de "revanchista". Consideran que el actual gobierno pinteño pretende eliminar cualquier vestigio de los anteriores alcaldes, precisamente del PSOE e IU. Y para conseguirlo, añaden, "no dudan en borrar del mapa del municipio" a personalidades que no admiten discusión, como el recientemente fallecido Gabriel Cisneros. "Intentan deslegitimar a personas elegidas de forma libre por la ciudadanía", aduce el portavoz de los socialistas, Juan José Martín.
En el gobierno local, la reflexión es similar, pero a la inversa. Creen que en su momento los partidos de izquierda utilizaron el nombre de ex presidentes y diputados históricos que formaron el grupo que redactó la Constitución de forma partidista. Todo para inmortalizar a los anteriores alcaldes.
"Esta decisión expresa el sentir mayoritario de los vecinos de Pinto, a los que no les parecía en absoluto adecuado que se eligieran para calles de la ciudad nombres de miembros de la Corporación o de familiares", responde el portavoz municipal Julio López Madera.
Carlos Pénit era miembro del gobierno del municipio de Pinto que puso su nombre a una calle durante la pasada legislatura. Patricia Fernández también era concejal cuando una vía de la localidad empezó a llamarse como su padre.
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