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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Guillermo Ballina, sindicalista

Secretario de organización de IU de Asturias

Guillermo Ballina había despuntado como sindicalista en los primeros años de la transición cuando trabajaba en Asturiana de Zinc (AZSA), en San Juan de Nieva, época en la que la empresa pertenecía al grupo industrial de Banesto, hoy integrada en la multinacional suiza Xstrata. Despedido por el uso de las horas sindicales, fue readmitido en un juicio que fue pionero y que disipó las dudas sobre la libertad sindical en aquellos primeros momentos de tensión entre la patronal y las centrales democráticas.

Después tuvo una larga trayectoria sindical y política, siempre en segundo plano. Primero en la comarca de Avilés, después en Oviedo y también en Madrid en los principales órganos de representación y debate tanto del Partido Comunista y posteriormente de Izquierda Unida, como de Comisiones Obreras. Vivió, por tanto, en primera persona toda la tensión que se generó en Asturias con la reconversión industrial que afectó especialmente a la antigua Ensidesa y que costó miles de empleos. Era un hombre del sector del metal que defendió siempre cualquier vía para impulsar de nuevo la actividad industrial, por lo que fue adquiriendo responsabilidades políticas, más en los órganos de gobierno del partido que en responsabilidades públicas. El buen talante y la capacidad de diálogo del que hizo gala a lo largo de toda su trayectoria han sido significados por todos cuantos lo trataron. Ballina fue firme en la defensa de los criterios del sindicato y del partido pero nunca sectario. Tenía un tono y una actitud siempre razonables y era un dirigente político de talante abierto, muy comedido en sus expresiones y en sus actos.

Participó en todas las negociaciones y acuerdos de concertación firmados en Asturias entre las centrales, la Federación de Empresarios y el Gobierno. Y también en los contactos entre socialistas e Izquierda Unida que fraguaron en un gobierno de coalición hace cuatro años. Pero, vencido por la enfermedad, no formó parte de la delegación que intentó reeditar, sin éxito, ese acuerdo en junio pasado.

Guillermo Ballina conocía muy bien tanto el entramado político y sindical de la región como las condiciones sociolaborales de la misma, pero nunca intentó imponer sus opiniones ni sus criterios. Fue siempre leal a su formación como lo fue también al Sporting de Gijón, al que siguió fielmente estuviera en la categoría que estuviera. Desde mayo pasado, y casi como un último homenaje a su actividad política, era concejal de Castrillón, municipio gobernado por IU, en el que residió la mayor parte de su vida. Ballina deja viuda y cuatro hijos.

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