"El reto gitano es cultural, no social"
Marcel Courthiade, lingüista de referencia en lenguaje romanó, considera imprescindible que España recupere esta lengua
La explosiva aparición de Madonna este verano en el macro-concierto Live Earth de Londres junto a Gogol Bordello, banda de punk gitano de Nueva York, dejó boquiabiertos a muchos. Y es que la diva cantó insólitamente en romanó, el lenguaje internacional de los gitanos. El enlace al vídeo de la actuación en Youtube se ha transmitido a través de jóvenes gitanos de todo el planeta hasta convertirse en una especie de símbolo. Muchos de ellos, entre el 20 y el 26 de agosto, se reunirán en Ohrid, Macedonia, en el Campamento de Verano de la Juventud Gitana, unas jornadas internacionales en las que el romanó será protagonista y el trabajo de Marcel Courthiade punto de referencia. A sus 53 años, este lingüista francés de ascendencia griega y gitana, profesor de la Sección de Estudios del Romanó en el Instituto Nacional de Lenguas y Civilizaciones Orientales (Inalco) de París, es considerado el impulsor internacional del romanó estándar, una visión contemporánea de esta lengua que, respetando la gramática y la esencia, busca adaptarse a la diversidad de los tiempos y de la comunidad gitana.
Pregunta. ¿Qué se sabe del romanó?
Respuesta. Poco. No muchos saben que el romanó se declina y que se utiliza en la mayoría de países con presencia gitana. Tiene, por tanto, unos doce millones de usuarios potenciales en Europa (en España, más de 650.000). Se trata de una lengua neoindia derivada del sánscrito. En España, prácticamente, ha desaparecido, porque ha sido perseguido como lengua de diablos, de engaño para el cristiano. En otros países se insiste en que también pasó lo mismo, pero no fue comparable: incluso en Rumanía, donde la esclavitud de gitanos se ha alargado 500 años, no se persiguió la lengua. En España el romanó quedó reducido a un resto llamado caló, una serie de palabras pronunciadas con gramática española que se mezcló con lenguaje marginal hasta derivar en jerga.
P. ¿Y por qué debe recuperarse?
R. Porque, sin la lengua propia, el gitano pierde su acervo cultural, y se ve condenado a seguir como una figura del área de ayuda social, que es lo que ha sido considerado desde hace décadas, y lo que da fuerza al racismo. Yo dividiría la historia del racismo anti-gitano europeo en tres grandes etapas. Hay una primera gran época de racismo sin complejos en Europa, en la que está bien visto serlo, que dura más o menos hasta la Revolución Francesa. Luego, hasta la Segunda Guerra Mundial, un racismo legal y científico, donde se busca explicación a ese racismo, y en la que el nazismo es el fin de un largo proceso con 500.000 gitanos asesinados. Después, llegará otro tipo de racismo, basado en la manipulación, en la negación de la cultura y la identidad, con trazas incluso humanitarias.
P. ¿Qué hacer?
R. Apostar por lo cultural es la clave para trasladar lo gitano al universo de lo identitario, es el gran reto. Hay que alejarlo del estigma habitual de miseria y marginalidad. Es necesario atender la tradición de un modo crítico, revisando la historia y la lengua, y después, reforzando el conocimiento actual de ambas.
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