Reyes lidera al Atlético en una pobre victoria frente al Getafe

Dos corolarios en la presentación del Getafe. El primero, que Laudrup continua la obra de fútbol ordenado y vistoso que tejió Schuster en el equipo azulón. El segundo, que el Atlético de Aguirre tiene gol.

Y eso que el técnico rojiblanco prescindió ayer de todos los jugadores que el miércoles vapulearon a la Vojvodina. Laudrup, sin embargo, ordenó su once titular. Por eso no extrañó que el Getafe se adueñara del partido desde el inicio. Lo hizo con orden, ganas y criterio para mover el balón. ¿El Atlético? Desaparecido. Celestini y Casquero se bastaron para cegar a Luccin y, consecuentemente, al equipo rojiblanco. Al francés no se le vio en la primera parte. Peor fue lo de Costinha. El portugués no apareció hasta el minuto 25... y fue para pedir el cambio. Toda una metáfora de su futuro en el equipo. Sólo Reyes apareció para el Atlético. Y fue un milagro que tres ocasiones seguidas de Kepa (una de ellas desbaratada magistralmente por Abbiati), no adelantaran al Getafe antes del descanso.

Nada cambió en los primeros compases de la segunda mitad. Casquero, sólo en el área pequeña, cabeceaba alto mientras los centrales Ze Castro y Eller entonaban el ¡huy! Nada más hicieron por evitar el remate. Y Antonio López temblaba con cada acometida de un Pablo Hernández, que ayer dejó de nuevo constancia de su calidad. Los seguidores del Getafe apuntaron su nombre para esta temporada. Pero el Atlético comenzó a desperezarse. Y Luccin aprovechó el bajón físico del Getafe para adueñarse de la medular. En un pase largo suyo llegó el gol de Diego Costa. El Getafe siguió intentándolo, pero una vez Abbiati y otra el árbitro (anulando un gol legal de Albín), impidieron la igualada. Reyes, al final, aumentó la cuenta del Atlético, y le afianza en su lucha por cambiar pitos por aplausos. Va por buen camino.