Rusia reanuda los vuelos de bombarderos estratégicos suspendidos tras la guerra fría
Putin ordena el despegue de 14 aviones con capacidad para llevar armas nucleares
Rusia anunció ayer la reanudación de los vuelos estratégicos de larga distancia de sus bombarderos después de 15 años de interrupción, lo que significa que los aviones estratégicos de la OTAN y de Estados Unidos se encontrarán ahora con frecuencia con sus colegas rusos. La decisión la tomó el presidente Vladímir Putin, quien hizo el anuncio oficial en Chebarkul, localidad de los Urales donde ayer terminaron las maniobras militares de los países miembros de la Organización de Cooperación de Shanghai, entre los que se incluye China.
La medida se encuadra en la política de Putin, que ha lanzado un rearme y una modernización militar sin precedentes para recuperar el papel de gran potencia global que desempeñaba la desaparecida URSS. A las cero horas de ayer, 14 aviones estratégicos, interceptores y cisternas despegaron de siete aeródromos ubicados en diferentes partes de Rusia para permanecer en el aire 20 horas, señaló Putin, quien subrayó que de ahora en adelante "la guardia de combate [de los aviones estratégicos] se realizará de forma regular en la zona económica marítima de Rusia y en las regiones de intensa navegación".
Al anunciar su decisión, Putin hizo notar que Rusia cesó unilateralmente el patrullaje de su aviación estratégica a las zonas alejadas en 1992 y se lamentó de que no todos los países hubieran seguido este ejemplo.
"Los vuelos de la aviación estratégica de otros Estados continúan y esto crea determinados problemas para garantizar la seguridad de la Federación Rusa", recalcó, y manifestó su esperanza de que "este paso de Rusia sea comprendido".
La reacción de EE UU se limitó a unas declaraciones de Sean McCormack, portavoz del Departamento de Estado, quien calificó de "interesante" la decisión rusa, al tiempo que no pudo evitar decir que los aviones rusos son "viejos".
Es verdad que Rusia había cesado sus vuelos estratégicos, pero más que por razones pacifistas lo había hecho por razones económicas. La Fuerza Aérea rusa no tenía dinero ni siquiera para combustible. De ahí que Putin se mostrara seguro de que los aviadores "estarán muy contentos con esta decisión". "Nuestros pilotos han pasado demasiado tiempo en tierra; había aviones pero no había vuelos", señaló.
La aviación estratégica está equipada con misiles nucleares y es capaz de cubrir distancias de más de 10.000 kilómetros y de repostar combustible en el aire. El jueves de la semana pasada, dos bombarderos estratégicos Tu-95 realizaron un vuelo de reconocimiento sobre la base norteamericana de la isla de Guam, en el Pacífico. En esa ocasión, como solía ocurrir en los tiempos soviéticos, los pilotos rusos encontraron a pilotos de cazas norteamericanos, con los que, como era tradición, intercambiaron sonrisas antes de volver a sus bases.
Los planes de rearme aprobados por Putin contemplan un ambicioso programa de aquí a 2015 en el marco del cual la Fuerza Aérea rusa será dotada de 60 bombarderos estratégicos de largo alcance Tu-160 y Tu-95MC (modernización del modelo clásico de la época soviética).
El programa también contempla la modernización de los misiles balísticos intercontinentales: los militares recibirán 36 Tópol-M en silos y 66 en plataformas móviles. Este tipo de misiles con ojiva divisible es capaz, se jactan los rusos, de penetrar cualquier escudo nuclear, incluido el que está creando EE UU. Los submarinos nucleares tendrán los misiles Bulava-M, una modificación del Tópol diseñado especialmente para ser lanzado desde el agua.
Alianza militar
No es casual que Putin anunciara la decisión de reanudar los vuelos durante las maniobras de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS). El líder ruso tiene intenciones de crear en el marco de la OCS una alianza militar como contrapeso a EE UU, apuntan algunos observadores.
El objetivo no es crear una alianza de carácter global como la OTAN, sino una con tareas de carácter regional: "El cinturón de seguridad antiterrorista" deberá, en realidad, impedir que EE UU utilice Asia Central como una plataforma militar contra China y Rusia, y también desplazar a los norteamericanos de esa región.
Para muchos está claro que Rusia desea dar un carácter antiestadounidense a la OCS y de ahí que sea partidaria de que Irán se convierta en miembro pleno de la organización. Esta semana, la OCS ofreció su tribuna al presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, quien la aprovechó para atacar a Washington por sus planes de emplazar elementos de su escudo nuclear en Europa.
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