El Valencia abrasa al campeón sueco

Enseñó los dientes el Valencia, impuso un ritmo elevado y sostenido e incluso se dosificó. Disfrutó en el tramo final con toda la variedad de trucos de sus tahúres más consumados, Joaquín y Silva. Y ni siquiera necesitó tomar riesgo alguno para abrasar a un campeón sueco consumido por el calor y el abismo que lo separa del anfitrión de Mestalla. El rival fue una birria, cierto, a expensas de la vuelta el día 29 en un campo de hierba artificial en Suecia, pero el cuadro de Quique dejó noticias muy interesantes. La primera es Vicente. Jugó una hora con una intensidad que le transportó a épocas pasadas, cuando fue el mejor extremo de Europa. Y también regresó Baraja, hecho un pincel tras una temporada casi en blanco, mientras llegaban noticias desde Hamburgo de Van der Vaart, que insistió en que quiere jugar en Mestalla el próximo curso. Quique lo espera con los brazos abiertos.

A poco que Vicente asome la patita por debajo de la puerta de Mestalla, los rivales del Valencia tienen derecho a pensar que por ahí llega el lobo: un extremo potente, que regatea por dentro y por fuera y que llega a la boca del gol con un hambre muy atrasada. Tras dos años tumbado en la hamaca del fisioterapeuta, volvió con la necesidad de olvidarse de su tobillo y el deseo de que empiecen a preocuparse por él sus oponentes. Aunque corto de forma porque tampoco pudo completar la pretemporada, Quique decidió darle la titularidad con un fin evidente: que se sienta futbolista lo antes posible. Sucedió a los cinco minutos. Combinó por primera vez con Villa antes de rematar a bocajarro el rechace del portero tras el disparo del asturiano. El gol inyectó seguridad en el extremo valenciano, que participó del ataque como si ese lapso de dos años en blanco no hubiese existido en su memoria.

La titularidad de Vicente permite a Silva instalarse en la media punta, posición para la que el grancanario está especialmente dotado. Inquieto como es, Silva se mueve constantemente rompiendo todas las líneas defensivas imaginarias, acariciando el balón en cada rincón del campo, abriendo espacios invisibles para avanzar.

Al dominio aplastante del Valencia -alcanzó un 72% de posesión del balón-, le faltó por momentos mayor volumen de remates. De ahí que Quique decidiera que entrara en el segundo tiempo Morientes. Justo antes de que Silva apuntalara la victoria con un cabezazo digno de Santillana, alzándose al primer palo sobre tres torres suecas. Eso sí, el centro, como siempre, fue una bendición del delicado pie derecho de Joaquín. La noche era calurosa, los suecos daban la vida por una ducha fría, y Joaquín entró definitivamente en faena: un amague por aquí, un caño por allá y un par de centros deliciosos. El segundo fue una invitación para que se estrenara ese excelente rematador llamado Morientes, que se despeinó lo justo para conseguir el gol que permite al Valencia viajar a Suecia con un pie en la Liga de Campeones.

Otros resultados: Glasgow Rangers, 1; Estrella Roja, 0. Lazio, 1; Dinamo Bucarest, 1. Benfica, 2; Copenhague, 1.