Cinco muertos y 45 heridos por un descuido

El conductor trasteaba con la radio del autobús mientras los 52 pasajeros dormitaban. La ruta comenzó a las tres de la mañana del domingo en Irún y tuvo una escala en Madrid. A las 16.40 de ayer iban por Lopera (Jaén) y aún quedaban unos 300 kilómetros para llegar a Cádiz, donde iban a conocer la provincia durante siete días. De repente, todo empezó a dar vueltas. El autocar se había salido de la vía. Gritos. El vehículo quedó volcado boca abajo. Cinco personas muertas, seis graves y otros 39 heridos de distinta consideración, uno de ellos el conductor.

El accidente tuvo lugar en el kilómetro 343 de la autovía A-4 (Madrid-Cádiz). Tráfico apuntó que, según todos los indicios, la distracción del conductor causó la salida de la vía, ya que la zona donde volcó el autobús no es especialmente peligrosa.

"Sólo oía llantos. Sobre todo, de una mujer junto a su marido muerto", dice un pasajero

La curva del kilómetro 343 es amplia, con visibilidad y, según el delegado de Gobierno andaluz en Jaén, Francisco Reyes, a la hora del siniestro no había tráfico. El vehículo, de unos 10 metros de largos, rompió el quitamiedos de la autovía y la valla que limitaba el olivar colindante. Se desplazó unos 30 metros hasta que volcó sobre su lado derecho. El sistema anti vuelco evitó que se hundiera el techo del automóvil, como ha ocurrido en otros accidentes de estas características. Este sistema impidió que la desgracia fuese aún de mayor magnitud. Algunos de los pasajeros pudieron abandonar por su propio pie el coche.

Feliciano Muriel, de 57 años, nació en Valladolid y cogió el autobús en Logroño con su mujer, Teresa. Resultaron heridos leves y dejaron el autobús por la luna, que quedó rota. Él sufre rasguños en el brazo y la cara, causadas al salir del autobús. La mujer, un leve traumatismo en la cabeza. "Fue horrible. Sólo escuchaba gritos y llantos. Sobretodo, de una mujer desesperada junto a su marido muerto. Ha sido un palo. Vaya vacaciones", narró este trabajador de la construcción.

Juan Ramón Buj, de Castellón, se subió en Madrid y también sufre heridas leves. Su mujer llevaba ayer un collarín en el cuello. "Íbamos dormidos y, de golpe, el autobús se puso patas arriba", comentó.

A las 21.50 sólo se había facilitado el nombre de dos de los cinco fallecidos: Emilio Muñoz Cobello, de 60 años y vecino de Getafe (Madrid) y Carlos Mora Pérez, de Jalance (Valencia).

El viaje, una ruta por Cádiz a 439 euros, lo organiza la agencia mayorista Primera Línea, con sede en Zaragoza, y se vende en numerosas agencias de viaje. Fuentes de la empresa turística explicaron que el autobús partió de madrugada de Irún con dos chóferes y dos viajeros. Paró en San Sebastián, Pamplona y Zaragoza, donde recogió a más personas. No todos iban a Cádiz. Algunos finalizaron el trayecto en Madrid y otros se incorporaron en la capital de España a la excursión. La ruta fue organizada por una agencia de viajes de Madrid que contrató a la empresa guipuzcoana Elkar, que a su vez subcontrató el servicio a Antonio Campano. Esta última sociedad es una empresa familiar, con sede en Rentería (Guipúzcoa), dedicada al transporte de viajeros desde hace 25 años. El vehículo siniestrado tiene apenas un año, por lo que técnicamente "está nuevo" y tenía todos los papeles en regla, informa Carlos Garrido.

Hasta el lugar del siniestro se desplazaron efectivos del Servicio de Emergencias Sanitarias de Andalucía, personal del Servicio Andaluz de Salud y ambulancias procedentes de Andújar, Marmolejo y Lopera. Además, se movilizaron dos UVIS móviles y una unidad para situaciones de catástrofe, que se instaló en la autovía, así como dos helicópteros. Los heridos graves fue trasladado al hospital Reina Sofía de Córdoba; al Alto Guadalquivir, de Andújar; y Neurotraumatológico de Jaén.

A las 19.12 se produjo el levantamiento del autocar para sacar a una mujer que había quedado atrapada bajo el amasijo de hierros. Posteriormente fueron trasladados los cinco fallecidos al instituto forense de Jaén. A los hospitales se desplazó un equipo de psicólogos para atender a los heridos y a los familiares, que a última hora de ayer aún no habían llegado.La Junta de Andalucía habilitó el servicio 112 para informar a los afectados.