Un equipo ciclista bajo sospecha
Sostiene el autor que el ciclismo vasco tiene
que sanearse y ser dirigido por personas que
no estén 'contaminadas' por asuntos de
dopaje, como ocurre en algunos casos.El dopaje lleva casi 10 años sacudiendo al pelotón internacional desde aquel Tour de Francia de 1998 en el que pudimos darnos cuenta hasta qué punto el fenómeno estaba generalizado. Ahora,y hace escasos días, la presente edición de la prueba gala ha significado la culminación del drama, convertido en culebrón.
Pero centrémonos en nuestra tierra y en nuestros txirrindularis. El equipo ciclista Euskaltel se sostiene principalmente por la financiación directa o indirecta de carácter público y, por lo tanto, sus resultados, los incentivos sociales y deportivos de esa aportación pública deben de ser evaluados. Los motivos de ese apoyo público son más que razonables. Primero, se persigue crear cantera con nuestros jóvenes en un deporte de larga tradición en nuestra tierra, segundo, se busca hacer publicidad del principal aperador telefónico vasco, y por último, se quiere dar una imagen dinámica de Euskadi, en suma, de un país sano, fuerte y que gana. ¿Se imagina el lector qué ocurriría si el dopaje lograría sacudir nuevamente a nuestro emblemático equipo directa o indirectamente? Y digo nuevamente porque considero que en un pasado reciente el equipo vasco ya ha sido salpicado por este asunto, sin que por ello la opinión y poderes públicos hayan reaccionado. Han aparecido corredores dopados, médicos implicados en tramas de dopaje y su actual responsable técnico citado con pelos y señales en la documentación incautada en la Operación Puerto.
No se entiende como no se cuestiona la permanencia de Madariaga a la cabeza del equipo Euskaltel
A las Instituciones vascas corresponde velar por la correcta utilización de todos los dineros públicos
Mientras, en Francia, en Alemania, incluso en Italia a este directivo técnico se le habría apartado de sus funciones actuales de un modo cautelar, y mientras los ciclistas de estos países que aparecen en las listas han sido sancionados hasta con dos años de suspensión por sus respectivas autoridades federativa, en nuestro caso no parece cundir el ejemplo. Durante la presente edición del Tour de Francia, Miguel Madariaga, manager del Euskaltel Euskadi, aplaudió la decisión "lógica" de los organizadores de la carrera gala de apoyar al danés Michael Rasmussen, excluido de la selección de su país por no presentarse a controles antidopaje por sorpresa. Madariaga advirtió además, de que la gente del ciclismo y la afición ya están hartos de tonterías: "la decisión del Tour ha sido lo más lógico que podía pasar porque lo que no se puede hacer es lanzar proyectiles contra el ciclismo sin saber a dónde van. Este caso ha sido lamentable. ¿Es que no tenemos ya bastante? El que piense que el Tour tenía que haber ido en contra de Rasmussen está equivocado" sentencio el tecnico vasco. Al final, Rasmussen, pese a los apoyos de Madariaga y otros directores, fue expulsado del Tour, a la espera de sanciones más drásticas por parte de la federación danesa. Lo que puso de manifiesto otro error de bulto más del manager del equipo ciclista vasco. Tampoco se entiende cómo no se cuestiona su mantenimiento a la cabeza de Euskaltel, después de haber albergado en el equipo al que fuera médico de la escuadra naranja durante muchos años, Jesús Losa, que vio rescindido su contrato tras verse implicado en el caso de dopaje por EPO del ciclista escocés David Millar, quien le acusó de ser quien le prescribió la sustancia.
Un informe sobre el caso Rumsas implica veladamente al médico que sustituyó a Jesús Losa, José Ibarguren y que ha sido, él también, acusado en varias otras ocasiones. Después llegaron los casos de dopaje de los ciclistas Aitor González, Aketza Peña, David Etxebarria, sin contar a ex-ciclistas del equipo vasco como Iban Mayo, recientemente implicado.
No es injuriar a nadie, ni acusar sin ton ni son, decir que Euskaltel, nuestro equipo ciclista "nacional", el buque insignia de nuestra imagen internacional, está bajo sospecha. Cuesta creer que todo ello haya podido ocurrir a espaldas de Miguel Madariaga.
Ya sabíamos que el paradigma olímpico, la pureza del esfuerzo, la sana rivalidad ha volado por los aires en este deporte, y aunque todo el mundo reconozca que todos los corredores profesionales se entregan tarde o temprano al dopaje, los poderes públicos vascos no pueden seguir mirando para otro lado, financiando semejante farsa. Por lo tanto convendría verificar si el actual manager general del Euskaltel es la persona más idónea, y si es la que encarne el deseo de limpieza que las instituciones vascas deben promover para sanear este deporte tan popular. Y no parece aconsejable que sea la que favorezca la catarsis que tiene que darse en las filas del equipo y participar en la iniciativa de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) que propone una cumbre sobre el dopaje en el ciclismo con la presencia de todas las partes implicadas.
El ciclismo vasco tiene que sanearse encabezado por dirigentes que no estén contaminados por asuntos de dopaje y a las instituciones vascas corresponde velar por la correcta utilización de los dineros públicos. De lo contrario estaríamos ante una actitud de hipocresía y complicidad lo que demostraría que también apuestan por el deporte espectáculo del que el dopaje es el aliado necesario.
José Luis Gómez Llanos es abogado y sociólogo.
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