Woods afila su 'putter'
El estadounidense se aferra a su última ocasión de ganar este año un título del Grand Slam
Segundo en abril en el Masters de Augusta, a dos golpes del estadounidense Zach Johnson. Segundo en junio en el Open de Estados Unidos, a uno del argentino Ángel Cabrera. Duodécimo en julio en el Open Británico, a cinco del irlandés Padraig Harrington. A Tiger Woods sólo lo queda una baza que jugar para no quedarse en 2007 en blanco en lo que a títulos del Grand Slam del golf se refiere -lleva cuatro triunfos menores-: el Campeonato de la PGA norteamericana. Y, de momento, parece dispuesto a aprovecharla. El estadounidense comenzó anoche el tercer y penúltimo recorrido como líder con dos golpes de ventaja sobre su compatriota Scott Verplank, su escolta, y once sobre Sergio García, el único español -los otros eran José María Olazábal y Miguel Ángel Jiménez- que pasó el corte en Tulsa (Oklahoma), pero que en el nuevo turno fue descalificado por firmar su tarjeta con un golpe menos de los realmente dados.
Woods se enseñoreó de los greenes en la segunda vuelta. Su dominio en ellos fue demoledor. Afiló su putter y atinó desde todos los ángulos y las distancias, con unas caídas y con otras. Así fue como pudo totalizarla con 63 golpes (siete bajo par con ocho birdies por un bogey), igualar el récord histórico del torneo y situarse al frente.
El gran reto de Woods sigue siendo batir la plusmarca de su legendario compatriota Jack Nicklaus: 18 trofeos grandes en su vitrina. Él ya posee 12 -tres de ellos de la PGA- y, supersticioso o no, desea el 13 cuanto antes para proseguir luego su camino victorioso. "Estoy intentando ser yo mismo en esta cita", dice. Toda una declaración de intenciones siendo, como es, el número uno mundial.
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