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Reportaje:

Un conductor ebrio mata a una niña

El chófer del camión grúa tenía cinco veces el nivel permitido de alcohol

F. Javier Barroso

Daniara Belén S. V., una niña de seis años, murió arrollada ayer por la tarde en el distrito de Ciudad Lineal. El conductor de un camión grúa, que iba ebrio y quintuplicaba la tasa de alcoholemia legalmente permitida, la atropelló cuando la pequeña salía de su casa y cruzó sin mirar, según los primeros datos. Algunos vecinos hicieron que el chófer se detuviera, ya que no se había percatado de lo que acababa de ocurrir. Los familiares de la pequeña tuvieron que ser atendidos por los psicólogos del Samur, según un portavoz de Emergencias Madrid.

Calle de Juan Boscán, número 13. Poco antes de las cinco de la tarde. Momentos tranquilos en los que un potente sol de verano caía a plomo sobre la capital. Daniara Belén salió junto con su madre a un parque cercano para jugar. La pequeña se adelantó mientras la progenitora estaba cerrando el portal. La menor comenzó a cruzar la calle. En ese preciso instante, bajaba la calle a gran velocidad un camión grúa Nissan modelo Cabstar con matrícula 8610 DRK y con el logotipo de la Compañía Madrileña de Asistencia en Carretera.

La pequeña irrumpió en la calzada entre dos coches. La parte derecha de la grúa golpeó primero a Daniara Belén. La niña intentó levantarse, pero también fue arrollada por el segundo eje del camión. Ambos golpes le produjeron traumatismos gravísimos en el tórax y la cabeza. "Hemos oído dos golpes seguidos muy secos. Enseguida nos hemos asomado y hemos visto lo que había pasado. Los conductores tienen la manía de ir muy rápido por esta calle. Y eso que es muy estrecha", protestaba ayer una vecina de la calle de Juan Boscán.

"La niña estaba respirando muy fuerte y con mucha dificultad. Estaba ya muy mal. Al poco cayó al suelo", afirmó un testigo, aún sobrecogido.

El conductor de la grúa, de unos 30 años, no era consciente de lo que acababa de ocurrir. Las personas que estaban andando por la calle y los que estaban asomados a la ventana le gritaron para que se detuviera. Algunos testigos afirmaron que la madre se subió a la cabina y que empezó a chillarle. La mujer exigió que le hicieran la prueba de alcoholemia.

Conductor muy nervioso

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"El conductor se puso muy nervioso. Intentó llamar desde su teléfono móvil a la policía pero, como estaba tan excitado, no atinaba", añadió una vecina de la zona. Otros aseguran que intentó salir corriendo al saber lo que había pasado, pero que fue retenido por varios viandantes.

Al lugar acudió una UVI móvil del Samur-Protección Civil, cuyos facultativos encontraron a la pequeña en parada cardiorrespiratoria. Tras montar un pequeño hospital de campaña, los sanitarios intentaron reanimar a la pequeña durante media hora, pero sin écito. Sólo pudieron certificar su muerte.

El conductor fue detenido por la Policía Municipal. Arrojó un resultado de 0,74 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, cuando la tasa máxima legal para un conductor profesional (como es su caso) es de 0,15 miligramos. Esto supone cinco veces más de lo permitido.

Tanto los tíos de la niña, que vieron el accidente desde la terraza, como la madre fueron atendidos por los psicólogos del Samur. El padre de Daniara Belén estaba trabajando cuando ocurrió el accidente. La niña era la mayor de dos hermanos. El pequeño tiene tres años.

Tres policías rodean el cadáver de la niña atropellada fallecida.
Tres policías rodean el cadáver de la niña atropellada fallecida.CLAUDIO ÁLVAREZ

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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