Reino Unido analiza si la posición de Ferrovial en los aeropuertos de Londres frena inversiones
BAA, el operador del grupo español, reclama nuevas tarifas para incentivar la ampliación
La Comisión británica de la Competencia indicó ayer que la investigación abierta a BAA, operador de aeropuertos del grupo español Ferrovial, analizará si su posición de dominio sobre los aeropuertos de Londres -monopoliza los principales- perjudica al servicio a pasajeros y empresas. El organismo sospecha que esa posición casi monopolística retrae las inversiones, pues los aeródromos no compiten entre sí. Las demoras y saturaciones en Heathrow, el aeropuerto con más tráfico de Europa, centran las críticas. BAA considera "crónica" la falta de capacidad y pide elevar tarifas.
El operador BAA lleva un mal verano. Principalmente en Heathrow, su activo más atractivo y un aeropuerto que, según el alcalde de Londres, Ken Livingstone, "avergüenza" a la capital británica. Por sus instalaciones, diseñadas para 45 milones de pasajeros, transitaron 68 millones de viajeros el año pasado. El aeropuerto, pendiente de la apertura de una quinta terminal en marzo de 2008, se ha quedado viejo y se colapsa ante la mínima crisis.
Las colas en facturación, las detenciones en inmigración y la pérdida de maletas se han convertido en anomalías tan frecuentes en Heathrow como en los dos otros aeródromos que rodean Londres. "Estamos al corriente de las preocupaciones expresadas en la prensa y en otros medios sobre las operaciones en los aeropuertos de BAA, especialmente Heathrow, Gatwick y Stansted. Éstas incluyen retrasos de los pasajeros, disponibilidad de ascensores, escaleras y cintas mecánicas, además de otros aspectos como señalización y limpieza", dijo Christopher Clarke, vicepresidente de la Comisión de la Competencia, al presentar ayer las líneas maestras de la investigación.
En su respuesta a este informe preliminar, el operador reconoce que "la experiencia de demasiados pasajeros que utilizan los aeropuertos de Londres es insatisfactoria". Pero achaca los problemas de congestión y retrasos a "la falta de capacidad" en sus terminales y pistas, arrastrada en las últimas décadas. "Esta deficiencia es resultado de un complejo entramado de cuestiones políticas, urbanísticas y medioambientales", añadió en una nota Ferrovial, que mostró su confianza en que el nuevo marco tarifario que negocia con la aviación civil británica "incentive las inversiones necesarias".
El operador BAA se enfrenta a una ofensiva coordinada de las compañías aéreas, encabezadas por British Airways y Ryanair, que demandan su fragmentación por vulnerar la competencia. La Comisión ha escuchado sus reclamaciones pero, según resaltó ayer, "no hay ideas preconcebidas" sobre las conclusiones. BAA, con cuatro instalaciones en Inglaterra y tres en Escocia, tiene bajo su órbita el 60% del mercado aéreo británico, pero este porcentaje se dispara hasta el 90% en los vuelos comerciales del sur de Inglaterra.
Ferrovial, que controla el 61% de BAA, relaciona las presentes dificultades con las trabas en la expansión de Heathrow, donde proyecta construir una quinta terminal y mejorar dos de las existentes actualmente, y de Stansted, donde crece la oposición a la construcción de una segunda pista que funcione desde 2013. "Los problemas de congestión y retrasos no están relacionados con la estructura de propiedad de BAA", reiteró en otro comunicado la empresa española.
La investigación tendrá en cuenta el efecto de la posición dominante de BAA en su "voluntad" de "invertir, desarrollar y gestionar" sus aeropuertos. Y revisará el impacto de las políticas locales, regionales y nacionales en la expansión de la filial de Ferrovial. La Comisión de Competencia publicará en 2008 el primer avance de la investigación.
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