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Reportaje:

Atrapada a 600 metros bajo tierra

Un centenar de especialistas tratan de rescatar a una espeleóloga belga tras más de dos días de esfuerzos

Mikel Ormazabal

Anette Van Houtte, de 49 años, estaba anoche a punto de ser rescatada tras haber permanecido atrapada desde el sábado a unos 600 metros de profundidad en una sima de los Pirineos. Tiene rotos tres dedos del pie izquierdo y ya no le quedan fuerzas. Su rescate se prolonga desde hace más de 48 horas. Un centenar de especialistas en intervenciones de montaña trataba de consumar un salvamento costosísimo. Uno de ellos, un guardia civil, resultó herido leve durante las labores de rescate, pero pudo salir sin problemas de la sima. Dos helicópteros esperaban a la mujer en la zona de la Piedra de San Martín para trasladarla a un centro sanitario de Pau (Francia). Al cierre de esta edición, Van Houtte no había sido rescatada aún; los equipos de rescate esperaban conseguir sacarla de la sima entre las cinco y las seis de la madrugada.

"Desplazar una camilla por estas oquedades resulta muy complejo", dice un gendarme
La mujer tiene tres dedos del pie izquierdo dañados y se encuentra agotada y sin fuerzas

Las horas se hacían eternas. Paul De Bie, su marido y compañero de expedición, relata que el accidente se produjo el sábado cuando el grupo de cinco espeleólogos belgas trataba de escalar una sima. "A Anette se le vino encima una piedra y le golpeó en el pie. No se podía mover", afirma con un hilo de voz y el semblante triste. Entra a menudo en el puesto de mando que la Guardia Civil y la Gendarmería francesa han colocado junto a la estación de esquí de Belagua: "Está tranquila y perfectamente atendida. Su vida no corre peligro, aunque está muy fatigada", dice.

El grupo de espeleólogos se introdujo por la sima AN51, conocida como el Pozo de los Acuarios, en la frontera francoespañola, entre Isaba (Navarra) y Aret. Descendieron 390 metros en vertical y se introdujeron por una galería subterránea. Recorrieron cuatro kilómetros y medio por uno de esos colectores horizontales hasta descender a una profundida de 650 metros. Allí se produjo el percance. Tres de los expedicionarios desanduvieron durante 12 horas el camino y avisaron el domingo a las 20.50 a la Prefectura de Bayona, que contactó con la Guardia Civil. Paul se quedó en la cueva acompañando a su mujer herida. Los equipos especializados en rescates de montaña de la Guardia Civil y la policía francesa, bomberos navarros y franceses, y miembros de la Asociación de Espeleólogos de Socorro de Francia establecieron un dispositivo coordinado de rescate. Un médico fue el primero en tomar contacto con Van Houtte. "Le facilitó calmantes para el dolor y alimentos", explica José Cachairo, portavoz de la Guardia Civil desplazado al lugar. La temperatura dentro de la cavidad es de cuatro grados, y la humedad del 100%.

Esta madrugada, los equipos de emergencias habían conseguido remontar los 4,5 kilómetros de la galería subterránea. Tenían a Van Houtte en la vertical de la boca de la sima, a menos de 250 metros de la salida, y continuaban ascendiendo. El rescate entraba en su fase final, la más compleja. "Desplazar a una persona postrada en una camilla por unas oquedades muy estrechas resulta muy complejo", comentaba un gendarme. Se ha establecido un salvamento por escalas avanzadas. Son seis etapas, de las que solamente quedaba la última: el ascenso de la sima. Un médico y tres sanitarios acompañaban a Van Houtte en todo momento.

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Finalmente, no ha sido necesario hacer microexplosiones para abrir hueco al paso de la camilla, aunque era una opción que estuvo abierta, asegura Cachairo. "Bajo tierra han trabajado turnos de unas 50 personas, entre guardias civiles y gendarmes de montaña. El último tramo de ascenso se hará con dos equipos de cuatro escaladores cada uno", añade.

De Bie, en perfectas condiciones físicas y conocedor de la zona, tardó 11 horas en salir de la gruta, lo que da idea de la dificultad del salvamento. "Este equipo de espeleólogos es el más importante de Bélgica. Ha sido un golpe de muy mala suerte", asegura Michel Douat, del grupo de socorristas. Estaban realizando la topología de la sima y sus galerías, un trabajo para el servicio de Medio Ambiente del Gobierno navarro.

Los espeleólogos belgas se introdujeron en una zona donde abundan las grietas calizas. La sima AN51 es una de las más conocidas, bastante frecuentada por profesionales de la espeleología científica y deportiva. No es la primera vez que ocurre un accidente de este tipo, aunque no se recuerda un despliegue de rescate de estas características, asegura el alcalde de Aret, Pierre Casabonne. La sima fue descubierta en 1950; dos años después fallecieron siete personas.

Dicen los lugareños que en la Piedra de San Martín se han encontrado esqueletos y algún uniforme cubriendo una osamenta humana. Es frecuente acudir a la boca de la gruta para echar una piedra y esperar su sonido cuando toca fondo. En este lugar que hace de frontera entre España y Francia -la entrada a la sima es territorio español, pero el puesto de mando está en suelo francés-, se han descubierto tres cavidades de más de 1.000 metros de profundidad. Y se pueden recorrer más de 150 kilómetros de galerías subterráneas.

El marido de Anette Van Houtte sale de una unidad de salvamento francesa desplazada al lugar.
El marido de Anette Van Houtte sale de una unidad de salvamento francesa desplazada al lugar.J. URIARTE
Miembros del equipo de rescate estudian los planos de la sima en la que está atrapada la espeleóloga belga.
Miembros del equipo de rescate estudian los planos de la sima en la que está atrapada la espeleóloga belga.JESÚS URIARTE

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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