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Un portero de discoteca mata a un cliente de una paliza

Javier Lafuente

Un tuerto parece haber mirado a la isla de Tenerife. El lunes, el fuego empezó a cambiar de color miles de hectáreas de árboles que han quedado calcinadas. El jueves, era hallado en un descampado de El Fraile, al sur de la isla, el cadáver de la niña Fernanda Fabiola Urzúa. Un día después, a escasos kilómetros de allí, en Torviscas, moría el asturiano de 21 años Endika Abad como consecuencia de la brutal paliza que le propinó un portero de discoteca la noche del miércoles al jueves.

Ocurrió en el pub O'Reilly's, situado en una de las zonas de ocio de Torviscas, en el municipio de Adeje. Endika, que vivía en el sur de Tenerife desde hace un año, había salido a tomar unas copas con unos amigos. En el local, según fuentes policiales, discutieron con otro cliente, de origen anglosajón, aunque la cosa no fue a más. Nadie sabe todavía muy bien por qué, dos porteros se abalanzaron contra el grupo.

Uno de ellos hirió gravemente a Endika que, como consecuencia de la paliza, fue trasladado a un centro de salud del sur de Tenerife. Desde allí se lo llevaron, ya en coma, a la Residencia de La Candelaria, en Santa Cruz. Murió a las diez de la noche del viernes por un "traumatismo cranoencefálico severo", según el parte médico, pero no está claro si a causa de los golpes o de la caída que sufrió a raíz de la paliza.

El portero, que fue detenido el jueves, pasó inmediatamente a disposición judicial. El juez decidió ponerle en libertad al tratarse de un delito de lesiones. Tras la muerte del cliente, y tras la denuncia de sus familiares, la policía estaba ayer a la espera de recibir la orden judicial para volver a detenerle. "No hay ningún problema, está perfectamente localizado", confirmaron fuentes policiales.

El padre ha estado velando a su hijo en el tanatorio de Santa Lastenia. El cuerpo del fallecido fue trasladado a Asturias y el entierro será probablemente en la localidad de Navelgas, de donde es la familia.

Según fuentes policiales, la actitud violenta de los porteros de discotecas de la zona no es nada nuevo para nadie, aunque sí es la primera vez que una persona muere como consecuencia de un enfrentamiento. "Lo de los gorilas éstos no tiene nombre, se creen los amos del lugar y luego pasa lo que pasa", asegura un policía. El padre de Endika, Manuel Abad, indignado, comentó a Efe: "Hay porteros que son asesinos en potencia, se llenan de anabolizantes y con un solo golpe pueden matar a una persona como hicieron con mi hijo".

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Sobre la firma

Javier Lafuente
Es subdirector de América. Desde 2015 trabaja en la región, donde ha sido corresponsal en Colombia, cubriendo el proceso de paz; Venezuela y la Región Andina y, posteriormente, en México y Centroamérica. Previamente trabajó en las secciones de Deportes y Cierre del diario.

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