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Entrevista:CONCHA VELASCO | Protagonista de 'Herederos' (TVE-1)

"Si me llevo bien con el director, soy como arcilla en sus manos"

Cuando hace un año leyó el guión de Herederos, Concha Velasco (Valladolid, 1939) pensó que tenía mucho en común con Carmen Orozco, protagonista del drama que prepara TVE-1 para el próximo otoño. En lo sentimental, la señora más yeyé de la escena española se reconoce "tan defraudada, tan dolorida, tan de vuelta de todo, que es como si me hubieran mutilado el clítoris". Dice que cuando empezó a intimar con Orozco -una mujer "que lo tiene todo menos lo que le gustaría, el amor"- empezó a percibir los matices que le separan del personaje que interpreta desde hace unas semanas, la matriarca de una saga ganadera en la que se cruzan deshonras, toreros, traiciones, prensa rosa... Pero a lo largo de la conversación se hace inevitable recurrir a los paralelismos con su biografía.

Pregunta. ¿Empezamos por presentar a Carmen Orozco?

Respuesta. Carmen no quiere que se sepa nada de ella. Es la heredera de un imperio económico, de una ganadería, y esposa de un torero que se corta la coleta en el primer capítulo. Ahí empieza la trama. Herederos trata de los avatares de una familia con secretos, como todas. Si Shakespeare hubiera escrito ahora un melodrama sobre una familia rica española para contar ese tipo de tragedias seguramente lo habría hecho sobre unos ganaderos.

P. ¿Qué le da a este personaje?

R. Empecé diciendo que muchas cosas, pensando en mi situación personal. En el momento en el que arranca la serie, Carmen descubre que su marido le engaña. Pero realmente no tenemos nada que ver. Ella es poderosa, vengativa, trata con rencor y distancia a todas las personas que le rodean, es fría, calculadora, nunca se la ve perder los estribos. Yo no soy así. Soy luchadora, valiente, los problemas me los tengo que resolver solita, pero lloro a solas. No tengo fantasmas, y ella sí. Vivo pisando la tierra.

P. Ha llegado a prestarle a Carmen sus propias joyas.

R. Me he puesto cosas mías que me ayudan, como el anillo de casada. Ese anillo lo había tirado una vez al patio de butacas y un espectador me lo devolvió; al váter, y vino un fontanero a arreglar la cañería y ahí estaba... No ha habido manera. Ahora me lo había quitado y lo tenía guardado. Pero ese anillo me motiva. Llevo puesto ése y un brillante que compramos con mucho sacrificio en los buenos años.

P. ¿Le dan fuerza?

R. Me ayudan. Todos tenemos un método. Aunque Luis García Berlanga diga que no soy una actriz de método, sino de tripa.

P. Y empieza esta aventura.

R. Estoy en un momento importantísimo de mi carrera. Cuando trabajo pienso que no me puede ocurrir nada malo. Estoy haciendo lo que me gusta y viviendo la vida de otras personas. Lo malo es cuando vuelvo a casa. Algún día acabará por estallar.

P. Trabaja con Cuarzo, productora de magacines como El programa de Ana Rosa (Tele 5), que debuta en el terreno de la ficción.

R. TVE ha apostado por la serie, Cuarzo se ha metido en esto, que cuesta muchísimo, sin ninguna necesidad, porque con las cosas que hace le ha ido muy bien... Mimbres hay, pero de la tele no se puede fiar uno. Estoy muy contenta. Dios escribe derecho con renglones torcidos. Todo me ha costado mucho trabajo, ha sido volver a empezar, convencer al director de que lo puedo hacer, que puedo transformarme. Parece como que no se fía. Llego a casa y recurro a mi pasado. Si he hecho tantas cosas... Pues no sirve de nada. Parece mentira que la chica yeyé, de la que me siento muy orgullosa, influya tanto como para pensar que eso es lo único que he hecho en la vida.

P. ¿Aún se siente insegura?

R. No. Siento insegura a la gente que me contrata y que no me conoce. Hemos tenido unos días tremendos, de ver cómo podía ser el pelo, el vestuario, la actitud. He cometido un error. Tan segura estaba de que me iban a dar el papel que cuando me llamaban para prueba de ropa, lectura de guión o ensayo de escena iba como estoy ahora, con un pantalón de ir por casa. Tenía que haber ido a todo eso ya de Carmen Orozco. Porque he pasado 15 días de verdadero sufrimiento, como si fuera el principio de mi carrera. A lo mejor pensaban que estaba tan de vuelta de todo que iba a hacer esto como una cosa más.

P. ¿Y ya les ha convencido?

R. Les he convencido trabajando e interpretando. Viendo que me pongo a las órdenes del director. Creo que tienen miedo de que como sé mucho, llevo muchos años en esto... Pero sé mucho para aprovecharlo en mi trabajo: saber la marca, coger la luz, dónde me tengo que poner, manejar los objetos que tengo que mover. Me pongo a las órdenes del director, que es mi espectador. Y como no le vea contento, me muero. Si me llevo bien con el director, soy como arcilla en sus manos. No me aprovecho de mi sabiduría para anularle ni epatarle. Lo que me diga, como él quiera, las veces que haga falta...

P. Reconoce que se embarca en este proyecto en uno de los momentos "más difíciles" para TVE. ¿Éste es un reto añadido?

R. El reto es hacer un trabajo en el que pones la ilusión profesional. Soy consciente de que vivo de esto y tengo que dar resultados: ser puntual, no ponerme enferma, no tomar el sol para que Carmen no tenga manchas... El otro día fui al parque de atracciones y dije que pararan por si me caigo.

P. Una encuesta la coloca como el referente de belleza para las mayores de 50 años. Ahí es nada.

R. Es muy bonito. Lo agradezco muchísimo, porque son señoras que están en la misma situación que yo. Pero hay que decirles que no, que estoy favorecida porque soy actriz. A mí lo que me encantaría es tener 30 años y un novio, un amante o un marido maravilloso.

Concha Velasco.
Concha Velasco.

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