"Schuster te inculca el fútbol de verdad"
A Javier Saviola (Buenos Aires, 25 años) siempre se le ve sonriendo. Dice que está contento porque en el Madrid puede hacer pandilla con otros dos argentinos (Gago e Higuaín). Su pasado en el Barça ya está olvidado y asegura estar dispuesto a invitar a cenar a cualquier periodista que no le pregunte por su etapa azulgrana. No es el caso.
Pregunta. Le ha tocado compartir habitación con Raúl. ¿De que hablan por la noche antes de acostarse?
Respuesta. Me cuenta anécdotas, trata de explicarme lo que es Madrid, los restaurantes, por dónde me puedo mover, por dónde puedo buscar casa. Todo es nuevo para mí, así que mejor compañero no me podía tocar.
"Xavi fue mi gran amigo en Barcelona, algo parecido a lo que está empezando a ser Raúl ahora. Él puede ser 'mi' Xavi en el Madrid"
"En el Barça es donde más se hace fútbol de toque. Rijkaard hacía valer ese juego y la llegada con contundencia. Schuster también"
P. ¿Se ha quedado con alguna anécdota?
R. Las contaré cuando haya más confianza... Raúl y yo tenemos muchas cosas que ver. Él empezó con 17 años y yo con 16. Tenemos muchísimo recorrido: los campeonatos, los técnicos, los compañeros que han ido cambiando, las cosas que han pasado en el vestuario y en nuestras vidas. Yo le comento las mías y él a mí la suyas.
P. Ambos han metido siempre muchos goles. ¿Alguna preferencia en la forma de marcarlos?
R. Una vez que has marcado, da igual cómo lo metas. Si puedo elegir... pues que sea después de haber regateado a tres rivales.
P. ¿Marcar con facilidad es un don o algo que se aprende con mucho trabajo?
R. Cuando uno es delantero, las cosas que hace son innatas. A lo largo de los años puedes intentar perfeccionar algo o coger virtudes que antes no tenías. Es lo que he intentado hacer, yo que vengo de un fútbol totalmente distinto al europeo.
P. ¿En qué es diferente?
R. Aquí todo es infinitamente más rápido. En Argentina te mueves menos, pero te dejan jugar más. Aquí recibes el balón y tienes a dos o tres hombres encima.
P. ¿Le costó acostumbrarse?
R. Sí. El primer año me limité a mirar, a estudiar cómo juegan los rivales y cómo tienes que moverte. Con el tiempo he ido aprendiendo todos los mecanismos. A mí siempre me ha gustado jugar delante, desde chiquito. Cuando empecé, con cinco años, ya me gustaba jugar arriba, estar en contacto con la portería rival.
P. En el Barça se entendía de maravilla en todos los terrenos con Xavi. ¿Quién podría ser su Xavi en el Madrid?
R. Con Xavi estuve seis años y desde el primer momento no me separé de él. Fue mi gran amigo en Barcelona, algo parecido a lo que está empezando a ser Raúl ahora. Trata de guiarme como hizo Xavi.
P. El año pasado, el Madrid tenía a un delantero y este año tiene cuatro. ¿Schuster le ha dicho ya lo que quiere de usted?
R. No, es muy pronto todavía. Lo que más estamos enfocando es el trabajo físico. Cuando se acerquen los partidos importantes será el momento en el que podré ver lo que pretende de mí.
P. Pero fue Schuster quien pidió su fichaje. En algo tendría que fijarse.
R. Él me dio confianza.
P. Sí, pero al margen de eso vería algo. ¿No?
R. Los años que estuve en el Barça jugué de la misma forma: tratando de ser rápido y buscar el buen juego sin especular con el resultado. Creo que le gustaría eso. Schuster y yo tenemos mentalidades muy parecidas.
P. Ha hecho pretemporadas con el Barça, el Sevilla, el Mónaco y el Madrid. ¿Dónde se toca más el balón?
R. En el Barça, sin duda alguna. Al haber tantos jugadores con tanta calidad hacíamos mucho trabajo con la pelota. La preparación se basaba más en eso que en lo físico.
P. Hablando de preparación física, ¿ha notado mucha diferencia en el tipo de trabajo?
R. Sí, quizás por lo que le dije antes. En el Barça sí hacíamos trabajo físico, pero no era algo desmedido. Todo estaba más centrado en lo futbolístico. Aquí en cambio estamos haciendo una muy buena pretemporada, hemos corrido bastante. Eso es bueno porque sabes que a lo largo de la temporada vas a estar bien.
P. A Rijkaard le gustan los delanteros que participan en el juego, que combinan, que se abren a las bandas, ¿Usted era uno de esos?
R. A mí me gusta tener el balón, pedirlo, juntarme. Yo siempre traté de hacer lo mejor posible. Si jugué menos o jugué más... habrá que preguntárselo a él.
P. ¿Y de Schuster, qué es lo que más le ha llamado la atención?
R. Quizás la ambición, su esfuerzo por querer que el equipo juegue un buen fútbol. El fútbol de hoy es muy físico, aguerrido, demasiado especulativo. Hay equipos que no salen a jugar la pelota. Schuster te inculca en fútbol distinto, el fútbol de verdad, en el que el equipo sea protagonista durante todo el partido. Eso es muy importante para un jugador.
P. ¿Ha hecho mucho hincapié en eso?
R. Sí, en eso y en el compañerismo. Llevamos poco tiempo juntos pero se le ven cosas ambiciosas...
P. ¿Cree que Schuster trabaja más los equipos que Rijkaard?
R. No. Creo que en cierta forma a los dos les gusta el buen fútbol. Rijkaard hacía valer el fútbol de toque, la llegada con contundencia. Schuster también.
P. ¿A qué se dedicó mientras Argentina jugaba la Copa América?
R. Estaba de vacaciones, me fui a Argentina diez días y veía los partidos con mi familia y los amigos.
P. ¿Le afectó no ir?
R. Al principio fue duro porque llevaba ya mucho tiempo jugando en la selección, pero luego asimilas que ya no estás en el grupo y que están tus compañeros.
P. ¿Le explicó Basile por qué no le convocó?
R. No. No me dijo nada. No me tocó ir y ya está.
P. Y Rijkaard, ¿le explicó alguna vez por qué no entraba en sus planes?
R. Tampoco. Con Rijkaard hablaba, pero no demasiado. Quizá no tenía esas charlas de técnico a jugador. Él hablaba lo mínimo y yo tampoco le pedí demasiadas explicaciones, porque él tenía su punto de vista y yo el mío. Es una persona muy frontal, pero nunca tuve ningún inconveniente con él.
P. Su fichaje fue una apuesta de Joan Gaspart, quien le trajo para ser el anti-Zidane. ¿Llegó a sentirse el anti-Zidane alguna vez?
R. Jamás... Siempre me reía con esta historia. Cuando llegué al Barça lo único que quería era hacer las cosas bien, pero no ser comparado con nadie y menos con Zidane.
P. ¿Cómo aguantó en el Barça tanto tiempo jugando tan poco?
R. Fue complicado. El año que llegó Rijkaard gané los Juegos con la selección, y al volver ya no contaban conmigo. Me tuve que ir a otro equipo. Nunca llegué a entender mucho todas las cosas que pasaron... Este último año también fue muy difícil. Lo mejor fue buscarme una alternativa.
P. Dijo que si le dejaran jugar 20 partidos acabaría siendo pichichi. ¿Es esta la temporada de los grandes retos?
R. Sí. Me gustaría aportar mucho al equipo: fútbol, goles, espectáculo.
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