MUERE EL GIGANTE QUE SE CREÍA UN NIÑO.
Ingmar Bergman, el hombre que abrió al cine caminos insospechados, falleció ayer a los 89 años en su isla de Faarö, donde vivía solo y recluido. "Mi cine gusta porque emocionalmente soy un niño y les hablo como un niño", dijo Bergman a EL PAÍS en una de sus escasas entrevistas. Bergman fue la mirada existencial del cine. Esta foto se tomó en 1963.
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