El PNV y EB certifican su alejamiento político con un cruce de reproches

La tensión entre el PNV y su socio minoritario en el Gobierno tripartito, tras el apoyo ofrecido por Ezker Batua al candidato socialista a diputado general del Álava, frente al peneuvista Xabier Agirre, se elevó ayer varios grados. Al toque de atención dado la víspera por el lehendakari Ibarretxe y el nuevo diputado general alavés, se sumaron los reproches expresos de dos importantes cargos del PNV. El parlamentario José Antonio Rubalkaba y el portavoz en el Congreso, Josu Erkoreka, acusaron a EB de "deslealtad" al Gobierno tripartito por esta actuación. "Hay quien no apuesta por un tripartito de futuro, y no es el PNV, disparó Rubalkaba.

Lejos de amilanarse, el parlamentario de EB Oskar Matute replicó que su formación no es "gregaria ni subalterna de nadie", sino que tiene "un proyecto político propio y autónomo", pese a que haya gente, dijo en referencia al PNV, "a la que todavía le cuesta entenderlo".

Los resultados de las elecciones del 27-M y los maniobras postelectorales, como la registrada en Álava así como en las Juntas de Vizcaya y en varios municipios, han puesto en cuestión la viabilidad futura del tripartito. El coordinador general de EB y consejero de Vivienda, Javier Madrazo, no ha respondido a la omisión intencionada de EB que hizo Ibarretxe el viernes, cuando se refirió sólo al PNV y EA como "vía de la centralidad en Euskadi".

Matutes aseguró que su partido es muy leal con acuerdos en los que se le haga partícipe, pero que no se le puede exigir que respalde acuerdos que no ha negociado. En este sentido, explicó que la postura de EB en Álava fue extender el tripartito al PSE, porque "daba la estabilidad necesaria y atendía a criterios de pluralidad".