Simancas, el perdedor más aplaudido

En el discurso de inauguración fue el gran aclamado. Quien a priori podría señalarse como uno de los responsables de que ayer tuviera que realizarse un congreso extraordinario, Rafael Simancas, recibió ayer una gran ovación en respuesta a las elogiosas palabras del secretario de Organización del PSOE, José Blanco. "Un ejemplo de lo que debe ser un político cabalmente honesto, un militante ejemplar y un dirigente responsable", lanzó Blanco. "Simancas seguirá trabajando para nosotros".

Y él, emocionado, tuvo que salir pitando hacia el hospital donde está su hija recién nacida. Pero ese anuncio que hizo Blanco se comentaba ayer también en los pasillos. El ex secretario general del PSM seguirá trabajando ahora desde el Senado. Pero será sólo una estación de paso. Luego, todo apunta a que Rodríguez Zapatero le reservará una butaca en el Congreso de los Diputados y en la Ejecutiva Federal. "Lo de hoy, la ovación de cuatro minutos que el congreso le ha dedicado, ha sido una inyección de moral fortísima para él", aseguraba un colaborador.

El futuro de Simancas, que ayer no paró de recibir apoyos en los pasillos, trasciende el ámbito autonómico, pero aún conserva muchos lazos con el estrecho mundo del PSM. El ex secretario general ha tenido un papel relevante en el proceso de sucesión. Su apoyo explícito al elegido Tomás Gómez ha arrastrado a muchos de sus colaboradores a significarse a favor del alcalde de Parla. Un sustento alentado desde Ferraz (la dirección nacional) y que Gómez agradeció en su discurso haciendo equilibrios sobre un alambre cuando le tocó hablar de los pésimos resultados electorales del pasado 27 de mayo y de la "necesaria regeneración del partido". Gómez, recién estrenado secretario general, también regaló una ovación a Simancas antes de dibujar las líneas maestras para el PSM. Y lo que pretende no se parece mucho a lo que le cede su antecesor. "Por lo que he visto, Tomás es muy simanquista. Al menos en la duración de sus discursos", bromeó Simancas.