Mi particular homenaje a Rodrigo Uría

Con estas palabras quería rendir mi particular homenaje a Rodrigo Uría, con el que tuve la inmensa suerte de convivir casi cada fin de semana de mi infancia.

Ojalá yo supiera transmitir con su perspicacia, con su particular sentido del humor, con su don para cautivar y con su siempre sorpresiva capacidad de expresión, lo que para muchos supone su pérdida. Constituía un referente, un hombre de palabra, alguien con una generosidad extrema, loable, altruista e incluso anónima.

Mi padre, Dionisio Ridruejo, sabiéndose ya enfermo le pidió que cuidara de mí cuando él faltara; Rodrigo se comprometió a ello y puedo afirmar que lo cumplió con creces. No parecía necesitar el reconocimiento público de sus acciones, pero yo, hoy, quería brindárselo desde lo más profundo de mi corazón. Creo que todos nos quedamos un poco huérfanos al saber que ya no contamos con él y... reconfortaba mucho saber que estaba aquí...