Primera emboscada contra una patrulla española en Afganistán
Los talibanes dispararon con fusiles y granadas sin causar bajas
Los soldados españoles sufrieron ayer su primera emboscada en Afganistán, que afortunadamente se saldó sin que se produjeran daños personales ni materiales, según informó el Ministerio de Defensa. El ataque se produjo unos 40 kilómetros al noroeste de la base española de Qala-e-Naw, cuando una sección española (unos 30 efectivos) realizaba una misión de reconocimiento junto a la policía afgana.
Aunque el ataque se saldó sin mayores consecuencias, se trata de un salto cualitativo en la escalada de violencia en la provincia de Badghis -que pasaba por ser una de las más tranquilas del país- donde se encuentra el Equipo de Reconstrucción Provincial (PRT) español. Hasta ahora, los ataques contra patrullas españolas habían consistido en la colocación de minas o artefactos explosivos improvisados (IED), como los que mataron a los soldados Jorge Arnaldo Hernández Seminario e Idoia Rodríguez Buján, en julio de 2006 y febrero de 2007, y siempre fuera de la provincia de Bagdhis.
Por el contrario, los agresores de ayer, cuyo número no se ha facilitado, utilizaron fusiles y lanzagranadas RPG. "Los soldados españoles y los policías afganos hicieron uso de sus armas, en defensa propia, hasta que los atacantes se dieron a la fuga", explica la nota difundida en Madrid.
El Ministerio de Defensa no reveló la duración del tiroteo ni si se produjeron bajas entre los atacantes, pero sí que se pidió la ayuda de aviones de combate pues, según la nota, acudieron "elementos de control de apoyo aéreo. [...] Finalmente, la patrulla se replegó sin mayores contratiempos", agrega Defensa.
Debido a las características de los senderos en esa zona, los militares españoles no pueden utilizar sus Blindados Medios de Ruedas (BMR), por lo que deben recurrir a los Vehículos de Alta Movilidad Táctica (Vamtac) que, aunque dotados de blindaje para esta operación, son mucho más vulnerables.
La emboscada se produjo a las 17.25 hora local (dos horas y media menos en Madrid) cerca de la localidad de Darreh-ye-Bun, en el distrito de Qadis. Este distrito es limítrofe del de Murghab, donde en las últimas semanas se han producido tres ataques de los talibanes, aunque en ninguno han estado implicadas las tropas españolas.
El jefe provincial de Policía, Mohamed Ayub Naizyar, aseguró que al menos 20 talibanes y dos agentes murieron en los ataques más graves, que se produjeron el 9 de junio, cuando unos 150 insurgentes atacaron tres comisarías e incendiaron la alcaldía de la capital del distrito. Fuentes españolas rebajan considerablemente estas cifras y señalan que los atacantes no llegarían al centenar.
Lo preocupante es que los policías afganos no les hicieron frente, por lo que los talibanes les quitaron las armas y pudieron marcharse por donde habían venido tras demostrar que son los verdaderos señores de esta zona, la única bajo responsabilidad española donde predomina la etnia pastún.
Defensa ha rechazado en los últimos meses las peticiones de mandos militares para aumentar las tropas en Afganistán con el argumento de que no se habían producido ataques armados de las características del que tuvo lugar ayer.
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