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Entrevista:Perico Delgado conversa con Alberto Contador | TOUR 2007

"Si no ganas el Tour pareces mediocre"

Carlos Arribas

Delgado. Cuando empecé con el ciclismo, la gente decía que "no hay ciclistas porque ahora está la discoteca, el salir por ahí..." y ahora "está Internet, la tele...". El ciclista sale en el lugar más inesperado, el escalador en un sitio llano, el sprinter en un sitio de montaña... y no porque viva en un ambiente deportivo especialmente. Yo nací en un ambiente no deportivo.

Contador. Es porque te gusta. Nunca en mi familia ha habido tradición ciclista ni de deporte. A mí sí me gustaba: el fútbol, el atletismo... Y la bicicleta te da cierta libertad, pero en ningún momento te planteas ser ciclista profesional. Luego pasas categorías y ves que se te da bien.

D. ¿A qué edad tuviste tu primera bicicleta?

Perico: "Fui ciclista de rebote, la bicicleta era clave para poder divertirme con mis amigos y no tener que quedarme en el barrio. Me daba... libertad" Contador: "Mis inicios fueron bastante complicados. Somos cuatro hermanos, uno con parálisis cerebral, lo que condiciona mucho a los padres"
Perico: "Tengo mucha curiosidad contigo. ¿Qué puertos de primera categoría hay en Pinto, donde naciste, para ser tan buen escalador?" Contador: "No hay nada de montaña. En Barcarota, el pueblo extremeño de mis padres, hay más. Allí gané mi primera carrera comiendo un bocadillo"
Perico: "A los de ahora os admiro más por cómo aguantáis la concentración pese a todos los asuntos de dopaje. Aunque os habéis dejado ganar la partida" Contador: "Hay que mantener la ilusión, concentrarte y leer cuantas menos cosas mejor, porque hay gente que se obsesiona"
Perico: "Cuando fui por primera vez al Tour, los españoles no querían ir. Nos decían que estábamos locos, que allí no se nos había perdido nada"
Contador: "Mi primer recuerdo del ciclismo por televisión fue el último Tour de Indurain. Yo no tenía predilección por este deporte"

C. A los 15 años, de montaña.

D. ¿Y para qué la querías? ¿Para pasear por el pueblo?

C. Me la trajeron los Reyes y me sentí como un niño con zapatos nuevos. Tenía muchas ganas de tener una bicicleta. Había tenido una California de ésas que le cogías al hermano, pero luego ya me empezó a entrar el gusanillo y cogí una Orbea de esas con los cables por fuera...

D. O sea ¿que tu hermano ya tenía bici?

C. Mi hermano tenía esta bicicleta, una Orbea y se apuntó a una peña ciclista y cuando se compró una más nueva, me animé con la Orbea...

D. La heredaste...

C. Me acuerdo que iban los cables por fuera...

D. ¡Pues como toda la vida las bicicletas llevan los cables por fuera...! (risas)

C. Ya, pero eran con los cables por fuera, con rastrales... me acuerdo que salía a entrenar con una sudadera con capucha... y luego ya cuando sales con un equipo de cadetes y ves que van todos con los padres y con sus bicicletas del último modelo, tal o cual detalle... y cuando veías a Perico con las gafas buenas pues se compraban esas gafas y se reían un poco de ti, pero bueno, al fin y al cabo, lo que vale es dar pedales.

D. Mi primera bicicleta fue a los trece o catorce años, y la tuve que comprar. En mi tiempo, equipación deportiva no había. Yo corría con bambas y un pantalón corto y una camiseta del colegio.

C. ¿Y por qué te dio por la bicicleta?

D. No sé, siempre me gustó. A mí me gustaba practicar todo tipo de deportes: en el colegio jugaba al baloncesto, unos años al balonmano en función si tenía que completar los equipos, participaba en los cross infantiles... Vivía en un barrio muy humilde de una ciudad pequeña, el deporte era lo típico, jugar al fútbol o a lo que fuera. Y la afición por la bicicleta me empezó durante los veranos, porque entonces los chavales del barrio tenían bicicleta y se iban al río a bañarse. Y aunque la distancia del río no era muy grande, tres o cuatro kilómetros, pues claro, yo me tenía que quedar en el barrio... entonces la bici era un elemento clave para divertirse y...

C. Para la libertad...

D. Me daba libertad, sí. Y yo recuerdo en la tele esos veranos en los que estaba castigado porque no tenía bicicleta en el barrio, recuerdo vagamente el Tour en los bares, la época de Luis Ocaña, pero la verdad es que tampoco había mucho ciclismo porque luego también estaba la Vuelta a España... pero por entonces ni se me pasaba por la cabeza que fuese a ser ciclista. Yo salí ciclista de rebote porque en el colegio, en mi clase, un chico de la pandilla corría en bici y fue el que me animó: 'Hombre, apúntate a la escuela de ciclismo de Segovia y así te vienes conmigo. A veces vamos a Ávila, otras veces a Valladolid'. Y eso me resultaba suficientemente ilusionante para decidir apuntarme a la escuela. Y luego siempre he dicho que todo fue muy fácil porque al despuntar pronto, enseguida estabas en un buen equipo y todo va más fácil. No sé cómo fueron tus inicios...

C. Mis inicios fueron también bastante complicados porque somos cuatro en mi casa y también tengo un hermano que tiene parálisis cerebral y te condiciona mucho a los padres. Aparte que es un gasto extra al ser cuatro hermanos, la disponibilidad para que tu padre te acompañe a las carreras es más complicado porque se tenía que quedar con mi hermano...

D. ¿No había ninguna peña ciclista...?

C. Yo empecé a salir con una peña y luego me animé con un equipo de Pinto muy pequeño y me ayudaron mucho porque me llevaban a las carreras y me recogían. Entonces, la mayoría de ellos iban con los padres, y yo iba solo. También igual es mucho mejor porque en ningún momento mis padres me han presionado para ser ciclista. Cuando he decidido ser ciclista es porque he querido. Al contrario, ellos querían que estudiara, estudiara y estudiara pero sí que es verdad que no fueron muy duros los inicios con la bici. Cuando pasé a juveniles, cambié de equipo y allí no me daban bicicleta. Aquello era una odisea porque no sabíamos lo que íbamos a hacer para encontrar una bicicleta. Ahí salió mi tío y me regaló una bicicleta y el disgusto que me llevé fue cuando en la primera carrera que hice con ella me caí y la rompí. A mí me daba igual haberme roto el diente y que acabara magullado. A mí lo que me interesaba era el estado de la bici. Pero bueno, me compró otra mi tío y fue a partir de ahí cuando fui pasando a equipos. De amateur pasé al filial de la Once que te daba todo el material... pero bueno, yo creo que ha sido muy bueno porque todo eso hace que valores más lo que tienes ahora...

D. Realmente son unos inicios para tu época, atípicos. Son parecidos a los de mi época. No había material, nadie te llevaba. En Segovia había el club Cicloescuela donde siempre había esa persona que se sacrificaba, algún padre de otro ciclista que te llevaba. Pero vamos, los medios para practicar en serio la bicicleta eran muy pocos. En cambio, en tu época, yo siempre recuerdo que los chavales tienen unas bicicletas que te mueres. Incluso en Segovia si te quieres apuntar a un equipo ciclista ya no es un problema la financiación de la bicicleta porque te la regalan para que te apuntes.

C. Yo me acuerdo que me compraba unos guantes con el dinero que ahorraba de la paga de dos semanas y me decía que este fin de semana con los guantes nuevos no veas cómo voy a ir... Cuando la gente cada fin de semana tenía cuatro mil cosas. Cada vez que pinchaba eran 300 o 400 pesetas la cámara. Al final, creo que valoras todo mucho más que no que cuando llegas a juveniles y ves que el padre está muy encima, que pasas a amateur y te dan una bicicleta peor que la que tenías en juveniles.D. Lo que me tienes que contar es qué puertos de primera categoría hay en Pinto [Madrid] para ser un buen escalador...

C. La verdad es que en Pinto bien poquitos hay, no hay nada de montaña. Donde hay un poco más de montaña es en el sur, en Barcarota, el pueblo de mis padres, en la provincia de Badajoz. Cuando iba allí cogía la bicicleta de montaña y estaba liado todo el día con ella. De hecho, allí gané mi primera carrera. Llegué un día y vi que estaban todos los corredores en la línea de salida. Llegué mientras comía un bocadillo y pregunté si podía correr y me dijeron que sí. Me puse de los últimos. Era un circuito que se había hecho en un campo de fútbol. Llegué y salí de los últimos, empecé a remontar, a remontar y a remontar. Recuerdo que tuve que tirar el bocadillo. Y al final gané.

D. Hombre, en este sentido, tú lo tienes muy difícil. Pero yo la verdad es que teniendo al lado Navacerrada y más puertos, no entrenaba apenas montaña. Yo solía ir casi siempre hacia Valladolid que es llanito. Te gustabas e ibas con otros. Pero a mí siempre me ha gustado entrenarme solo. Entonces subirte Navacerrada era una paliza y prefería disfrutar más de la bici por otros sitios.

C. Yo en juveniles, cuando llegaba el verano, había algunos días que cogía el tren en Pinto y me chupaba dos horas. Recuerdo que cuando me metía con la bicicleta siempre te veían sorprendidos los ejecutivos porque llegabas con la cadena marcada en el pantalón. Dejaba la mochila en una tienda de Villalba, entrenaba por Segovia y me volvía. Hubo un día que cuando fui a recoger la mochila, me di cuenta de que me había olvidado las zapatillas de ciclismo. Me puse unos cubrebotas encima de las bambas normales. Llevaba unos pedales Campagnolo pequeñitos y fui por Morcuera y Cotos. Cuando subía Morcuera fui cogiendo a gente amateur. Y me acuerdo que me salieron unas ampollas en el pie terribles y que me desequilibraba en las bajadas. Pero aquel día entrené.

D. Cuando corría en las carreras de aficionado por Santander y Asturias iba encantado de la vida porque sabía que si no ganaba iba a faltar muy poco. Mientras que cuando corría por Segovia, por llano, era otro nivel de disputar la carrera. La ilusión cambia si es una etapa de montaña o llana.

C. En cadetes, cuando empecé, no me manejaba muy bien en el pelotón porque era el primer año. Lo que hacía era ganar todos los premios de montaña.

D. ¿Cuándo empezaste a ver el ciclismo por la tele?

C. El último Tour de Induráin. También recuerdo cuando se retiró en la Vuelta a España y de estar con mi hermano viéndolo. No tuve nunca una bicicleta y nunca había tenido predilección por el ciclismo. De tu época no tengo recuerdos, porque sólo tenía seis años. Aunque sí que es verdad que luego he visto vídeos...

D. ¿Y qué te habían comentado del Tour? Porque en mi época, cuando fuimos por primera vez, nos decían que estábamos locos, que qué se nos había perdido, porque era un momento gris del ciclismo. Los ciclistas españoles no querían ir al Tour de Francia... a partir de entonces cambió el signo y marco una estela que sigue existiendo.

C. Sí que voy con ganas aunque también te digo que tienes una cierta presión aunque no se me está metiendo demasiada. Pero sí que es verdad que todos los medios de comunicación empiezan a hacer un poco eco de ti como aspirante y como posible vencedor del Tour dentro de algunos años. Pero eso también ha pasado con otros corredores y al final parece que aunque tengas un excelente palmarés, eres un corredor mediocre por no haber ganado un Tour. Sí es verdad que voy con mucha ilusión. El único año que lo corrí, en 2005, me gustó bastante. Creo que recupero bastante bien en las vueltas y por eso se adaptan bien a mi condición como corredor, y la montaña me va bien. Pero también te da un respeto muy grande porque es una carrera de tres semanas en la que están los 200 mejores corredores de las últimas dos o tres generaciones. Pero sí que tengo bastante ilusión y tengo ganas de estar ahí.

D. ¿Y qué es lo que más te gusta del Tour deportivamente hablando? En mi caso yo odiaba la primera semana. Creo que todos los escaladores hemos odiado la primera semana.

C. Sí que es verdad. Recuerdo el único Tour que corrí con 22 años, que iba sin un equipo que me arropara, que la primera semana es muy dura y complicada. No te respetan los corredores, vas cara al aire todo el rato. En los momentos de tensión no se respeta a nadie, pero te cierran mucho más. Es verdad que este año lo afronto de una manera diferente. El equipo te ayuda más, confía más en ti y espero gastar menos fuerzas y evitar que haya percances, aunque es difícil por el peligro y la tensión. Pero lo afronto con más optimismo que la última vez.

D. Ir al Tour, como todos los comentarios que teníamos eran negativos, fue lo mismo que cuando te cuentan una película que es buenísima. Te haces una expectativa y no cumple. En ese caso, todo era tan negativo que sobrevivir un día, era un éxito. Para mí fue todo un descubrimiento. Y luego era el año que casi ganas y que estás a punto de triunfar. Eso hizo que lo aprendiera todo de golpe de una manera que no me supuso mucha tensión.

C. Yo tenía sueños con el ciclismo pero no para ganarme la vida.

D. ¿Es difícil ser ciclista en Pinto?

C. Montar en bicicleta en Pinto, que es un pueblo de 40.000 habitantes, no es fácil. Actualmente sólo hay un corredor que está en amateur. Pero creo que cada vez la gente se plantea hacer menos deporte por lo general. Cuando tienes 10-12 años todo el mundo se apunta al fútbol y quiere ser Raúl o Ronaldo, pero cuando practicas un deporte minoritario y tan sacrificado como este...

D. Al hilo del tema del dopaje, me gustaría saber cómo se lleva esto de estar todo el día en entredicho, localizado las 24 horas, con los controles internos del equipo, los de la AMA, los de la UCI o si no el Consejo Superior de Deportes... a mí me parece un sobreesfuerzo, una capacidad de concentración tan grande para subirte a la bicicleta y pensar en el Tour y no en que te llame por teléfono un periodista o un amigo de la calle y que te saque estos temas... Yo que siempre he admirado al ciclista porque lo he practicado y sé lo que es. Pero admiro mucho más ahora por vuestra concentración para hacer vuestro trabajo. Por un lado me enfado porque creo que os habéis dejado ganar una partida, no tú ya que te has encontrado la partida iniciada... ¿cómo lo vives cuando te subes a la bicicleta? Creo que vivimos, lo vivimos todos mal. Cada uno desde su faceta. Pero cuando te subes a la bicicleta, aunque no te haya afectado directamente a ti, sino a un ciclista que conoces o la típica noticia que sale, que si Riis ha confesado haberse dopado en el Tour que ganó... ¿En qué piensas? ¿En el entrenamiento...?

C. Hombre, debes sentir ilusión porque si no, no es posible hacerte seis horas entrenando. Pero es lo que comentaba antes, cada vez lo ves más como un trabajo y no tanto como una ilusión. O lo idealizado que tenías al ciclismo cuando eras un juvenil...

D. Sí, pero mi trabajo era entrenar, sufrir en carrera, aguantar el frío si hacía frío, aguantar el calor si hacía calor, o la sed o el hambre. Era mi trabajo, algo estrictamente deportivo. Pero ahora hay cosas que se tienen que aguantar y que no te cuentan: como estar durante el Tour un mes fuera de casa. Eso siempre lo he llevado mal, era un poco lo malo. Porque lo malo del ciclismo no es sufrir, porque es lo que te gusta. Un reto personal. Pero sí cosas que te encuentras en el camino y afortunadamente yo no me he encontrado, y los que estáis ahora en pleno apogeo, estáis de lleno.

C. Es triste que si yo tengo que irme un fin de semana a Valencia con mi novia o a Barcelona, que tenga que mandar un fax el día antes para decir en qué hotel voy a estar y a qué horas voy a salir a entrenar... Con todos los casos que están saliendo, se ha llegado a esto, pero es un poco de vergüenza. Y esto no es lo más triste, lo más triste son las cosas que están saliendo ahora, que si entregar tu ADN cuando lo entregan nada más que los delincuentes. Que si tienes que pagar tu sueldo a ciertos organismos... Pero bueno, al final debes mantener la ilusión, concentrarte y leer cuantas menos cosas, mejor. Porque hay gente que se obsesiona.

Alberto Contador, a la izquierda, y Perico Delgado, en la cima de Navacerrada.
Alberto Contador, a la izquierda, y Perico Delgado, en la cima de Navacerrada.RICARDO GUTIÉRREZ
Delgado escucha a Contador durante la entrevista.
Delgado escucha a Contador durante la entrevista.RICARDO GUTIÉRREZ

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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