Hoteles con mucha vista

El sector hotelero español atraviesa un buen momento apoyado entre otras cosas en el favorable ciclo económico y mueve directa e indirectamente cantidades ingentes de dinero. El desarrollo de la primera industria del país durante los últimos años ha permitido la creación de importantes cadenas hoteleras.

Entre las 300 primeras hay 20 españolas. Sol Meliá es la número 12 y NH ocupa el puesto 20, y hay otro número importante que han multiplicado su tamaño por cinco o por diez durante el último decenio. Sin embargo, los representantes de esta actividad se resisten al triunfalismo y afirman que hay que seguir avanzando en el proceso de fusiones e integraciones. Pero el tamaño no es la única asignatura pendiente en el panorama hotelero español. La relación entre la propiedad de los establecimientos y la gestión de los mismos es otro de los asuntos que deberán abordarse cuanto antes. El 80% de los hoteles en cadena lo son en propiedad, lo que supone un importante obstáculo para las inversiones, ya que el precio del ladrillo les impide desarrollar otras dimensiones del negocio como la expansión, el marketing o la fidelización. El carácter familiar de la mayor parte de las empresas y su escasa presencia en Bolsa terminan de dibujar un sector con importantes limitaciones a la hora de financiar su desarrollo. Los niveles de saturación que se están alcanzando en casi todos los segmentos de la oferta y las repercusiones que eso supone en los márgenes actúan también como lastre a la hora de llevar a la práctica el ya tradicional cambio de la cantidad por la calidad.