Los populares optan por Daniel Sirera para suceder a Piqué
El nuevo presidente regional procede de las juventudes del partido
La sustitución de Josep Piqué como presidente regional del PP se planteó ayer por la tarde con un solo nombre sobre la mesa del Comité Ejecutivo, reunido con carácter extraordinario en Barcelona. Fue el de Daniel Sirera. Él no se postulaba, pero el papel que el secretario general del partido, Ángel Acebes, le había atribuido como coordinador político en el comité electoral prefiguraba un ascenso que la dimisión de Piqué precipitó.
La elección se produjo por unanimidad, en una reunión de apenas media hora. Tras la elección Sirera compareció ante los medios de comunicación flanqueado por lo que se configura como el núcleo básico de la dirección: Junto a él, Rafael Luna, secretario general; Alberto Fernández Díaz, cuyo nombre se había barajado también como posible presidente; Xavier García Albiol, secretario de organización, y Dolors Nadal, diputada en el Congreso cuyo nombre ha sido citado también como posible cabeza de cartel en las elecciones legislativas.
La satisfacción de la vieja guardia del partido que había sido desplazada por Piqué a puestos de segunda fila era ayer evidente. Y lo era por dos razones. La primera, por la recuperación del poder perdido. La segunda, por haber podido cerrar la crisis en 24 horas y sin ningún sobresalto añadido.
Sirera representa una renovación generacional, pues cuenta sólo 40 años. La paradoja consiste en que, pese a su juventud, tanto él como quienes le acompañaban ayer representan el retorno de dirigentes y sensibilidades desplazados durante la etapa de Piqué. La trayectoria de Sirera se inició como presidente de Nuevas Generaciones, la rama juvenil del partido, en Barcelona. Su ortodoxia y plena disposición a ajustarse a las directrices de la calle Génova de Madrid están fuera de toda duda.
Españolista o catalanista
Esta predisposición fue lo más notable en las tomas de posición públicas realizadas ayer por los dirigentes del partido antes de la reunión del comité ejecutivo. Los nuevos hombres fuertes de la organización catalana del PP fueron de una claridad meridiana. Sirera se mostró absolutamente convencido de que el PP debe dejar de discutir acerca de si su política es más o menos españolista o más o menos catalanista. "Se tienen que acabar los ismos y trabajar a favor de los intereses generales de la ciudadanía", afirmó durante una entrevista en la televisión autonómica.
El secretario general, Rafael Luna, puso también por delante que si algo define al PP es que su mensaje "es muy unificado y es el mismo en todo el territorio español". Luna, que ha estado en segundo plano durante la etapa de Piqué, apuntaba ayer que "los matices se pueden dar, de una manera más suave o contundente, pero el fin y el cuerpo del mensaje es idéntico".
Junto a la voluntad de cerrar la crisis ayer mismo, los dirigentes criticaron que Piqué se refiriera en la carta de dimisión remitida a Mariano Rajoy, que ha tenido una amplia difusión en todos los medios de comunicación, a la existencia de "mezquindades y miserias" en el partido. El nuevo coordinador de organización en el comité electoral en Cataluña, Xavier García Albiol, lo atribuyó a que Piqué "está en una situación anímica complicada", pero añadió que no puede "compartir" esa afirmación.
La creación de un comité de campaña con García Albiol para ese puesto y Sirera como coordinador de acción política están en el origen de la crisis en Cataluña. Las atribuciones que se les daban por voluntad del secretario general, Ángel Acebes, relegaban a Francesc Vendrell, la mano derecha de Piqué. Sin Vendrell, Piqué quedaba en una situación precaria, sin capacidad para dirigir la organización. La dimisión de Vendrell precipitó la de Piqué.
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