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No más ópera en el Palau de la Música

La programación para la temporada 2007-08, presentada ayer por Mayrén Beneyto y Ramón Almazán, contempla, como novedad más significativa, la ausencia total de óperas en versión de concierto, tras un ciclo, que se cierra ahora, donde parecía querer competir con el vecino y recién abierto Palau de les Arts. Esta decisión, indudablemente impuesta desde arriba para ocultar la evidente rivalidad entre dos coliseos que están dirigidos por el mismo partido, viene también condicionada por la adscripción del antiguo Coro de Valencia a la nueva sede operística. Indudablemente, todo el repertorio sinfónico-coral, además de las óperas en versión de concierto que se interpretaban en el Palau de la Música, queda en estos momentos limitado a los escasos huecos de que disponga el ahora llamado Coro de la Generalitat Valenciana. Aunque exista, evidentemente, la opción de contratar a otros coros, españoles o extranjeros, cuando el repertorio lo exija.

Otra novedad será el intento de revisión del status de la Orquesta de Valencia, a partir de un estudio -todavía no encargado- que trataría, según la presidenta del Palau, de agilizar su funcionamiento, obviando los problemas burocráticos derivados de la diversidad en los contratos de los músicos y de los impedimentos reglamentarios que dificultan -son sus palabras- "tanto trabajar más (viajes, grabaciones, actuaciones individuales de sus miembros, etc) como obtener también mayores ingresos".

Junto a los trimestrales, se pondrán a la venta abonos anuales con un 15 % de descuento, y que incluirán 52 conciertos. El precio de dichos abonos oscilará entre los 1.165 y los 580 euros. Se ha procurado que no haya coincidencias con el Palau de les Arts, al menos en las fechas de estreno, produciéndose sólo dos a lo largo de la temporada. El Palau de la Música cuenta, en principio, con un presupuesto similar al de la temporada anterior (3,3 millones de euros para la programación y 1,7 millones para la Orquesta de Valencia). Ramón Almazán, hasta ahora subdirector de Música e intendente de la Orquesta, abandona esta última función, que pasará a manos de Alfredo Pascual.

En la programación, voluntariamente tradicional (sobre todo en la sala Iturbi) "porque hay que darle al público lo que de verdad demanda" (Mayren Beneyto) y "porque las orquestas y directores invitados imponen casi siempre obras de este cariz" (Ramón Almazán), destaca, entre otras, la presencia de formaciones como la English Chamber Orchestra, la BBC Philharmonic Orchestra, la Pittsburg Symphony Orchestra, la Orquesta de París, la Filarmónica de San Petersburgo, la London Symphony, Les Arts Florissants, Les Musiciens du Louvre, Giardino Armonico y el Cuarteto Mosaïques. Entre los directores, Sir Colin Davis, Mark Janowski, Christoph Eschenbach, Yuri Temírkanov, William Christie y Marc Minkovski. Y, entre los solistas, Sarah Chang, Hilary Hahn, Matthias Goerne, Cecilia Bartoli, Waltraud Meier, Han-na Chang y Bo Skovhus.

Como ciclos monográficos, y dentro del 275 aniversario del nacimiento de Haydn, sobresale la interpretación de La Creación, los cuatro programas con la integral de las sinfonías Londres, así como -en la sala Rodrigo- todos los cuartetos de cuerda que el compositor de Rohrau dedicó a Mozart.

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