La contrarreloj de su vida
Iván Gutiérrez protagoniza un descenso del Galibier que recuerda la actuación de Indurain en el 90 en el Glandon
"¿Te ha recordado a alguien?", le preguntó un miembro del equipo a José Miguel Echávarri, mánager del Caisse d'Epargne. Le preguntaba, claro, por Iván Gutiérrez, ciclista nacido en Hinojedo (Cantabria) hace 27 años, hijo del butanero del pueblo, que iba para figura del fútbol hasta que una lesión y la insistencia de su tío Quique le subieron a una bici.
"¿Qué, a quien te ha recordado?", le insistían al veterano mánager del conjunto franconavarro, que por un momento, camino de la fortaleza de Briançon, se sintió rejuvenecer. Sabía bien a quien se refería el amigo. "Sí, claro, a Miguel en el Tour del 90, ¿verdad?", respondió Echávarri, líder en la clasificación de grupos, aunque todavía no lo sabía: Soler acababa de ganar la etapa y Valverde de llegar segundo. En gran parte, o en casi toda, el murciano le debe la bonificación al esfuerzo de Iván Gutiérrez, que le llevó ayer de la cima del Galibier a Briançon como si condujera un coche y la etapa fuera una carrera de persecución. Estaba solo, tirando del grupo, tirando de Valverde con la mente puesta en coger al colombiano Soler antes de Briançon. "Ésta ha sido la contrarreloj de mi vida", certificó el ciclista montañés, tres veces campeón de España contra el crono y subcampeón del Mundo en Madrid 2005. Y preguntó: "¿Qué ha hecho Valverde?".
Valverde terminó segundo. Delgado, en el 90, en la cima del Alpe D'Huez, fue cuarto. De nada sirvió aquel día la maravillosa exhibición de un portento que terminaría por ganar cinco veces la ronda gala. Indurain se escapó subiendo el Glandon y, coronado el puerto, Echávarri le mando esperar a Perico. Obedeció Miguel como ayer lo hizo Gutiérrez, que se marchó al principio de la etapa, para hacer de puente llegado el caso. Si, 17 años antes Indurain llevó a rueda a Perico hasta el pie de Alpe d'Huez, ayer Gutiérrez llevó a Valverde. Hasta que se empinaron las calles de Briançon, hasta que apareció la violenta cuesta que conduce a la ciudadela, mítico final de etapa en la ciudad alpina. Allí dijo basta y levantó el pie. Llegó 12º, con el deber cumplido. "Ha sido un día duro, pero estoy contento de que mi trabajo haya servido de algo: Valverde ha sido segundo y hemos descolgado a Vinokúrov". Para eso se bastó solo: "No me han ayudado mucho, cada equipo tiene su estrategia", se lamentó el cántabro después de protagonizar una contrarreloj espectacular en medio de una etapa inolvidable.
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