Diego El Cigala funde sonidos de las orillas del Atlántico en 'Dos lágrimas'
"Yo soy flamenco y canto los boleros en flamenco". Diego El Cigala tiene claro que su último disco, Dos lágrimas, está cargado de canciones con otros ritmos. Pero su esencia es la misma. Repite las mismas intenciones que en su anterior trabajo Lágrimas negras, una sabia fusión de sonidos de un lado y otro lado del Atlántico. "Los caribeños y nosotros tenemos un carácter muy parecido". Anoche llevó sus coplas y boleros hechos flamenco a El Puerto, una de las paradas de su gira española y americana.
En este disco resuenan letras de siempre. María de la O. Dos gardenias. Compromiso. Caruso. Dos cruces. Una de las últimas veces que Diego El Cigala estuvo en Cádiz celebró un cumpleaños. No el suyo sino el del pianista cubano Bebo Valdés, que festejó en un emblemático lugar para el flamenco, la Venta Vargas de San Fernando (Cádiz). Entonces promocionaba Lágrimas negras, un exitoso disco donde combinó sus raíces con el piano cubano poniéndole voz y música a canciones de toda la vida, no siempre concebidas para el flamenco.
Ha repetido fórmula en Dos lágrimas y, en un curioso paralelismo, también celebrará un aniversario que no es el suyo a su llegada a Cádiz. En esta ocasión el de Arístides Soto (Tata Güines), considerado el mejor percusionista vivo de Cuba. El que le pone "la candela" al disco.
Soto cumplirá hoy 77 años en El Puerto y la fiesta se adelantó desde ayer. La gira de Diego El Cigala le llevará, después de haber estado en la localidad gaditana y Valencia, por ciudades como Gijón, Caracas, Madrid, Cartagena o Bogotá. Porque sus conciertos, al igual que el contenido del disco, también dan saltos entre una orilla y otra.
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