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Columna
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Gracias, amigo

Estreché por primera vez la mano inmensa de Severiano Ballesteros en 1982. Yo, un chaval de 16 años que quería jugar bien al golf; él, el mejor golfista mundial del momento, con un British y una chaqueta verde ya en su armario. Eran las celebraciones del Mundial 82 y Seve había organizado en Pedreña una exhibición en la que estaba previsto que estuviera Jack Nicklaus, pero el Oso Dorado no pudo acudir y Seve me llamó a mí. Jugamos y luego organizó un clinic, una exhibición de cómo sacar bolas del búnker, de habilidades varias. Allí me contó que me venía siguiendo y preguntando por mí desde 1979, que estaba interesado en mi progresión. Yo no le respondí gran cosa, pero en mi interior empezó a crecer el único e importante sentimiento que siempre me ha despertado Seve, el del respeto, el de un respeto increíble por su dimensión humana y por su estatura golfística. Ya puede hacer Seve lo que quiera, cometer incluso la mayor atrocidad, que nunca le perderé el respeto.

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"La cabeza venció la batalla"

Pero antes de nada, fue la adoración por un jugador que me ayudó a abrir las puertas en todo el mundo. En 1984 fallé el corte en el Open Británico, pero seguí yendo al campo de Saint Andrews: no podía perderme ver en directo su victoria. Luego, en 1985, cuando fui al Masters, me hizo jugar dos vueltas de prácticas con él y con su amigo Gary Player, y a mí, pobre ingenuo, no se me ocurrió otra cosa que decirle que si yo tuviera una madera tres como la suya, una McGregor negra, preciosa, de madera como eran entonces las maderas, otro gallo me cantaría. No habían pasado 48 horas y ya me había regalado una exacta, una como las suyas.

Creo que si jugué tan bien como jugué en la Ryder Cup de 1987, a la que llegué joven, sin apenas expectativas, y sometido a una gran presión, fue gracias a la sabia dirección de Seve. Y si está claro que en el plano personal Seve ha sido mi inspiración, mi mejor amigo, mi faro, mi guía, también creo que la gente del golf nunca será consciente de toda la dimensión de Seve, de lo que ha significado para el desarrollo del deporte en Europa: estoy seguro de que sin una figura como Seve nunca se habría desarrollado el circuito y el golf europeo como han crecido.

Seve ha anunciado que se retira y eso convierte al 16 de julio de 2007 en un día tremendamente importante para el golf. Un día importante, pero no triste. Claro que me habría gustado que nunca llegara este día, pero todos sabemos que era inevitable, que si no era hoy sería dentro de un mes o dentro de un año, o quién sabe cuándo, pero que este día tendría que llegar.

Salud y gracias, amigo.

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