Bill Pinkney, cantante de The Drifters
Interpretó una de las grabaciones más populares del villancico 'White Christmas'
El cantante Bill Pinkney, uno de los integrantes originales de los Drifters durante la década de los cincuenta, falleció el pasado 4 de julio de un ataque al corazón a los 81 años.
Seguía en activo al frente de su propia banda, The Original Drifters. Suya fue la voz principal en la celebérrima versión del villancico White Christmas que triunfó en todo el mundo en 1954.
Pinkney era una vieja gloria que jamás aceptó la jubilación. El infarto le sorprendió en una habitación del hotel Hilton de Daytona (Florida), donde iba a actuar con motivo de las celebraciones del 4 de julio, fiesta nacional estadounidense. Llevaba más de medio siglo en activo, había escrito un volumen con sus memorias y era idolatrado en Carolina del Sur, donde vino al mundo el 15 de agosto de 1925. Su Estado natal celebra oficialmente el 14 de mayo como el Día de Pinkney y construyó un parque que lleva su nombre al lado del lugar donde nació, en la pequeña villa de Dalzell.
Como tantos músicos negros de su generación, Pinkney se interesó por la música a partir del coro de gospel en la iglesia local. Y como tantos otros coetáneos de aquellos años convulsos, tuvo que dejarlo todo para enrolarse en el Ejército con motivo de la Segunda Guerra Mundial. Participó a las órdenes del general Patton en la batalla de Bastoña y en el desembarco de Normandía, y se hizo acreedor de cuatro Estrellas de Bronce por sus méritos militares. También ejerció una apreciable carrera deportiva como pitcher en los New York Blue Sox, uno de los mejores equipos en la Liga de béisbol para afroamericanos.
Su carrera musical arranca a finales de los años cuarenta con los primigenios Drifters, de los que era el último superviviente. El dueño de Atlantic Records, Ahmet Ertegun, acababa de fichar a uno de los cantantes de los Dominoes, Clyde McPhatter, y le encomendó que reclutara a cuatro vocalistas negros para fundar "el grupo más grande de rhtythm & blues de todos los tiempos". Los escogidos fueron los hermanos Andrew y Gerhart Thrasher, junto a Willie Ferbie y el propio Pinkney. El contrato discográfico arrancó en 1953 y dio como resultado algunos temas memorables: Ruby baby, Honey love, I should have done right, Steamboat y, sobre todo, Adorable.
Como Ferbie abandonó pronto la formación, a Pinkney le encargaron la voz baja, aunque su tesitura era envidiable: en canciones como Money honey ejercía de primer tenor. El mayor momento de gloria lo vivió con la versión de White Christmas, en 1954, donde era el protagonista absoluto. Aquella grabación canónica -la más vendida en la historia de la banda- ha seguido escuchándose con asiduidad, y más aún desde que fuera incluida en la película Solo en casa (1990).
Aquellos primeros Drifters se disolvieron en 1958. O, para ser más exactos, fueron despedidos por su representante después de que el grupo, con Pinkney a la cabeza, se sublevara por las leoninas condiciones laborales. La discografía les había establecido una asignación de cien dólares fijos semanales, sin participación en los beneficios por las ventas de vinilos y los conciertos, ni cláusula alguna de revisión salarial. Los nuevos Drifters, con Ben E. King a la cabeza, obtuvieron aún mayores éxitos que sus predecesores gracias a obras como Under the boardwalk, There goes my baby, Save the last dance for me, On Broadway o Up on the roof, de la entonces emergente pareja de compositores Gerry Goffin / Carole King.
Bill hubo de conformarse con fundar una banda propia, The Original Drifters, que mantuvo activa hasta el último día de su vida. Los Drifters accedieron al Rock 'n' Roll Hall of Fame en 1988 y Pinkney destacó por su actividad como embajador de la música negra: se le vio entrevistándose con Bill Clinton o el presidente surafricano Nelson Mandela.
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