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Reportaje:

Pistorius pide paso

El atleta surafricano, con dos prótesis, segundo en su debut en unos 400m no paralímpicos

José Marcos

Le amputaron las piernas a la altura de las rodillas con 11 meses, pero Oscar Pistorius (Pretoria, Suráfrica, 20 años) corre con ventaja. Al menos según el reglamento de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF), para la que competir con dos prótesis arqueadas de carbono, fabricación finlandesa, 12.000 euros la unidad, implica participar en sus pruebas con "ventajas técnicas". Aunque los expertos aseguren que su discapacidad le resta un 10% de efectividad, los guardianes de la ley de la federación insisten en que Pistorius, campeón paralímpico de 100, 200 y 400 metros en Atenas 2004, con dos muñones por piernas, no puede compartir el tartán con los grandes velocistas. Consideran, según la norma renovada en el mes de marzo, que su uso de los avances de última generación ya no es una ayuda. Es un abuso.

De momento, hasta que la IAAF decida el mes que viene si hace o no una excepción a la regla, si Pistorius y otros atletas con minusvalías pueden codearse con la élite en compromisos oficiales, Asafa Powell, Tyson Gay y Jeremy Wariner son meros espejismos. Compañeros de correrías inalcanzables. Los sueños de un atleta al que los Juegos Paralímpicos se le quedan cortos.

Porque Pistorius, sin extremidades inferiores por una malformación severa de los huesos, es más que el Blade Runner de las pistas. Hace honor al sobrenombre de Cheetah, guepardo en inglés, la marca que se lee en sus piernas artificiales. Sus registros, sus récords del mundo, le impulsan a medirse a los mejores: 10,91s en el hectómetro -por los 9,77s de Powell-, 21,58s en la doble distancia -19,32s de Michael Johnson- y 46,56s en los 400 metros, por los 43,18s de la locomotora de Waco. Y eso que lo suyo era el rugby.

Dispuesto a romper otra barrera y ser algo más que un quebradero de cabeza para la IAFF, ayer compitió en la cita de la Golden League de Roma con siete italianos en una carrera de 400 metros. Lo hizo fuera de las pruebas oficiales. El objetivo de Pistorius era lograr un crono de 45,95s, la mínima para los Mundiales de Osaka que arrancan a finales de agosto. Dio la vuelta a la pista romana en 46,90s, un segundo por encima de sus intenciones. Pistorius, el guepardo biomecánico, terminó segundo, a 18 centésimas de Stefano Braciola.

La IAAF grabó la carrera para ver si sus prótesis le daban un impulso ilegal. Las teorías conspirativas no encontraron fundamento: Pistorius se tomó su tiempo en la salida (0,430s de reacción). "No es ninguna ventaja. Para él es como saltar sobre la arena. ¡Y no tiene tobillos! Tiene desventaja en la salida", se puso de su lado Alex Zanardi, ex piloto de fórmula 1 que perdió las piernas por debajo de las rodillas en un accidente en 2001.

Sometido al cerco de la IAAF, el surafricano agradeció el apoyo. "Estaba agitado, muy tenso", se excusó por su salida. Fue lo de menos: "El sueño de toda una vida se ha coronado".

Pistorius, ayer durante la carrera.
Pistorius, ayer durante la carrera.REUTERS

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Sobre la firma

José Marcos
Redactor de Nacional desde 2015, especializado en PSOE y Gobierno. Previamente informó del Gobierno regional y casos de corrupción en Madrid, tras ocho años en Deportes. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Trabajó en Starmedia, Onda Imefe y el semanario La Clave.

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