Taxis rosa contra los piratas
Una compañía de transporte para mujeres conquista las calles de Moscú
En las calles de Moscú se lleva desde la pasada primavera el rosa. Es el color que distingue a los vehículos de una nueva empresa de taxis llevada por mujeres para atender a mujeres. Los taxis rosas son una nueva alternativa de desplazamiento para las moscovitas que estaban cansadas de la grosería de ciertos taxistas varones o asustadas al ver los reportajes de violaciones y robos nocturnos. La creadora del servicio, Olga Fominá, de 34 años, se inspiró en la idea de los taxis rosados que ya existen en ciudades como Londres o Tokio.
Coger un taxi en Rusia puede conllevar más riesgos que en otras partes del mundo, ya que normalmente no es un taxi oficial el que se detiene, sino el vehículo de un particular que vive de hacer carreras ilegales o que gana de esta manera unos rublos extra. La mayoría de los moscovitas no pide jamás un taxi por teléfono, sino que se plantan a la orilla de la calzada para que comiencen a detenerse varios taxistas piratas, con los que hay que negociar el precio antes de subir. Hay pocas probabilidades de encontrar un taxi oficial, de color amarillo: 1.500 coches son pocos para una ciudad de unos 12 millones de habitantes.
Pero incluso los taxis oficiales no garantizan a las mujeres un viaje sin acosos, groserías o chistes escabrosos. Además, es bastante común que los taxistas moscovitas -oficiales o no- fumen, pongan la música a todo volumen o lancen escupitajos por la ventanilla.
Los taxis rosas, que han declarado la guerra a estos hábitos, están teniendo un gran éxito en la capital rusa, y ya se han extendido a otras ciudades. Todas las conductoras son mujeres y un hombre puede subir a bordo sólo si va acompañado de una mujer. El precio de la carrera es un poco más alto que el de los taxis normales.
Fominá y el par de amigas que comenzaron el proyecto tienen ya una treintena de vehículos en Moscú y atienden entre 100 y 150 llamadas diarias. Incluso se plantean ampliar el número de coches para cubrir la creciente demanda. Sus clientes llaman tanto de noche como de día, ya sea para ir de compras, hacer recados o llevar a las niñas al cole.
Además de en Londres, Tokio y Moscú, también existen taxis únicamente para mujeres en países como Australia y Dubai.
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