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Reportaje:

Ludópatas de la Bolsa

Aumentan los adictos a la compra de acciones en Internet, donde los mercados abren 24 horas

David Fernández

Gabriel, oscense de 32 años, se califica de ludópata. No va al bingo ni se pega a las tragaperras. Su adicción del siglo XXI: la compraventa compulsiva de acciones en Internet. Hace seis años obtuvo unos ingresos por la venta de un piso. Como los tipos de interés estaban bajos decidió buscar mayor rentabilidad en la Bolsa. "Empecé poco a poco, hasta que perdí el control. En los últimos tiempos no invertía, simplemente jugaba. Mi familia me dio un ultimátum", relata.

Daniel, barcelonés de 24 años y licenciado en Administración de Empresas, tiene el mismo problema (ambos nombre son falsos). "Hay una delgada línea roja que separa lo que es una forma de ahorro de la adicción. Yo la traspasé. Me saltaba las clases. Necesitaba saber en todo momento qué hacía la Bolsa. Operaba sin importarme si tenía información sobre las compañías. Sólo por la excitación que me producía", asegura.

Ambos están en tratamiento en la Unidad de Juego Patológico del Servicio de Psiquiatría del Hospital de Bellvitge, en Hospitalet de Llobregat (Barcelona). De un tiempo a esta parte empieza a ser más habitual ver a pacientes con adicción a la Bolsa en este centro. Susana Jiménez, coordinadora de la Unidad, señala que mucha gente ni se plantea que tiene un problema porque, en principio, esta actividad no se relaciona socialmente con el jººuego. Además, el perfil de este nuevo adicto (varón, universitario, con un poder adquisitivo medio/alto) no se corresponde con el estereotipo tradicional del ludópata.

Jiménez cree que en el futuro el número de casos "será cada vez mayor". "Internet y el móvil permiten tener acceso 24 horas en tiempo real a los mercados. Es un claro adelanto y positivo para quienes saben controlarse. Sin embargo, para aquellas personas propensas a adicciones, la tecnología complica la situación".

La figura del intermediario está cada vez más difuminada. Cualquiera puede abrir una cuenta de valores con un capital mínimo por Internet y lanzarse al mercado. Además, las sociedades de valores suelen ofrecer préstamos para invertir. "El pequeño inversor cree que la Bolsa se ha democratizado. ¡Es un gran error! Es un mundo peligroso, donde el establishment nos invita a entrar pero no nos da las armas adecuadas", alerta José Luis Cárpatos, inversor profesional. "La gente cree que lo importante es acertar con el valor. Sin embargo, la clave es el control de la mente. Somos nuestro peor enemigo".

En opinión de este experto, el mercado no incita por sí mismo a la ludopatía y los que caen en ella es porque son problemáticos. Si no se hacen adictas a la Bolsa lo harán a otra cosa. "Ahora bien, sí que puede absorber por completo. Cuando perdemos estamos tan abatidos que no pensamos en otra cosa". La teoría dice que hay que cortar las pérdidas y dejar correr las ganancias, pero la mente tiende a hacer lo contrario. "Antes de entrar hay que estar por lo menos dos años simulando las operaciones sin dinero. Así podremos conocer todos nuestros sesgos psicológicos, desde la potencial adicción a nuestra resistencia a cerrar una posición en pérdidas".

En EE UU, el regulador bursátil, la SEC, ha accedido, pese a las presiones de la industria, a insertar un enlace en su web para acceder a una organización especializada en ludopatía. Marvin Steinberg, director de este centro, señala que la mayoría de los inversores actúan con objetivos a largo plazo. Pero un pequeño porcentaje "juega igual que en un casino por lo que cumplen los criterios de juego patológico".

Enrique Echeburúa, catedrático de Personalidad en la Universidad del País Vasco, recomienda preguntarse: "Si compro para excitarme y evadirme de una depresión o si tengo más aficiones aparte de la Bolsa".

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Sobre la firma

David Fernández
Es el jefe de sección de Negocios. Es licenciado en Ciencias de la Información y tiene un máster en periodismo por EL PAÍS-UAM. Inició su carrera en Cinco Días y desde 2006 trabaja en EL PAÍS, donde se ha especializado en temas financieros. Ha ganado los premios de periodismo económico de la CNMV, Citigroup, Aecoc y APD.

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