El deporte inexistente

"¿Valverde? ¿Quién es Valverde? Perdona, pero no sé de quién me hablas".

La persona que mostraba tan absoluta ignorancia sobre el mejor ciclista español -y uno de los mejores del mundo- no era una cualquiera elegida al azar por la calle, sino una especialista, una bien informada, una de las responsables de marketing deportivo de una gran firma de telefonía móvil.

Vale, una anécdota. Una despistada deslumbrada por el brillo de la fórmula 1.

¿Ciclismo? ¿A quién le puede interesar el ciclismo?

Mónica Méndez, consejera técnica del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), no sabe cuántos españoles tienen en 2007 afición por el deporte de las dos ruedas pese a que en el Barómetro de mayo de 2007 varias de las preguntas a los encuestados versaban sobre la afición deportiva. "En la pregunta 14 interrogábamos sobre qué deporte o deportes interesaban particularmente", explica Méndez, "y les ofrecíamos como opciones fútbol, baloncesto, motociclismo, automovilismo, tenis y atletismo. Pero también les dábamos la oportunidad de añadir espontáneamente alguno que no citábamos y, no, no parece que muchos eligieran el ciclismo".

"En Pinto, con 50.000 habitantes aparte de mí, sólo hay un corredor 'amateur", dice Contador

"No sé. Quizás desde los tiempos de Indurain falte una figura popular", añade Méndez, quien, evidentemente, no conoce a Valverde y no quiere entrar a debatir la eterna duda: ¿las respuestas a una encuesta retratan a un país o son las preguntas de los encuestadores las que fijan los límites del retrato?

En una encuesta del mismo CIS sobre hábitos deportivos en 2005, el ciclismo figuraba como el segundo deporte más practicado en España, tras la natación, y se descubría que en las casas españolas había más bicicletas que balones de fútbol. También hace dos años, una de las preguntas se refería a la compra de entradas para espectáculos deportivos. Y se preguntaba si las compraban para ciclismo, un deporte que, exceptuando algunas reuniones en pista, es gratuito para el espectador.

"Vale, podemos admitir que el ciclismo está en crisis", dice Víctor Cordero, director de la Vuelta a España, una de las tres pruebas grandes del calendario mundial, sobre cuya mesa, como atraídos por un imán, se amontonan papeles plagados de malas noticias para su deporte y para su negocio. "Si no hay día en que mis amigos, o cuando quedo con alguien, no me hagan la típica preguntita: '¿Qué? ¿Y tú con qué te dopas?'. Es uno de los momentos más bajos del ciclismo, pero los he conocido muy malos también. A principios de los 80, cuando creamos el Zor. Éramos uno de los mejores equipos de España y el presupuesto, incluidas las bicicletas, era de 12 millones de pesetas. Los hoteles no nos querían ni dar alojamiento. Temían a los ciclistas. Me acuerdo que uno de Torremolinos que nos acogió nos envió una carta después dándonos las gracias porque los ciclistas no habían robado nada. Era un ciclismo muy encerrado en sí mismo, que no se atrevía a salir de España. Luego llegó el periquismo, la revolución popular y todo cambió".

Y luego llegó Indurain, y los grandes patrocinadores se pegaban por entrar en el ciclismo -actualmente, ninguna gran empresa española patrocina ningún equipo-. Y luego... Comenzaron a acumularse los problemas.

"La Vuelta no fue rentable el año pasado y ha habido que hacer grandes sacrificios y reajustes de plantilla para que lo sea éste", dice Cordero. "Pero, claro, ahora sólo nos falta que el juez reabra la Operación Puerto y que se cite a algún corredor que esté en la carrera para que vuelva a irse todo al traste. Y ni eso, Landis no estaba en la Operación Puerto. Por eso necesitamos a alguien que trace la raya, quién y quién no puede correr, pero la UCI observa una completa dejación de funciones". ¿Ciclista? ¿Quién conoce a algún ciclista?

Alberto Contador, que seguramente brillará en el Tour que comienza el próximo sábado en Londres, no conoce a muchos en Pinto, su pueblo, una ciudad de 50.000 habitantes. "Aparte de mí, hay un amateur", dice Contador, quien lleva camino de convertirse en un fiqui, un bicho raro; "la verdad es que a veces me siento contracorriente porque me gusta el ciclismo, ser ciclista".