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Reportaje:

"Con Jagger nunca se sabe"

Un público maduro y de treintañeros acudió a El Ejido a ver el último concierto de los Rolling Stones en España

El "yo estuve allí", en el último concierto de The Rolling Stones en España, ha pesado mucho entre el público desplazado a El Ejido (Almería) para ver al cuarteto británico. Lo cierto es que el mito en torno a la sexagenaria banda roquera sigue vivo y El Ejido, por ahora, tiene el honor de haber sido el último escenario para los Rolling en España. Un público maduro, pero trufado de generaciones de treintañeros. El Ejido vivió el último día de junio una fiesta tranquila y sosegada con público variopinto: mirones sin entrada, grupos de rock que acudían a ver a sus líderes, familias al completo o gente que no tenía nada mejor que hacer. No hubo masas y el rock sonó entre los miles de invernaderos bajo la luz de la luna.

"Es un espectáculo. Nada más que el montaje que llevan merece la pena"

- Los de "porque había que venir". Vicente y Ginés, 31 y 28 años, llegaron a El Ejido desde Huércal Overa (a una hora de carretera) pertrechados de nevera con sangría, cerveza y todo tipo de refrescos y acompañados por tres amigos más. Vicente no es un fan propiamente dicho de sus Satánicas Majestades y es de los que argumenta su asistencia al estadio "porque había que venir". Las horas previas al gran show se las pasaron junto al coche, a la sombra, con la música puesta y un vaso en la mano. "Hemos venido porque no vamos a verlos más y, tan cerca, mucho menos", argumenta Vicente. El año pasado Ginés se quedó pinchado. "Compramos entradas para Barcelona, las cambiamos para El Ejido y al final, nada". El sábado se quitó la espina.

- La Andalucía desplazada. Manolo y Alfonso, 39 y 40 años, han llegado desde Córdoba en coche. Ellos representan ese gran porcentaje de andaluces desplazados hasta Almería que no quisieron desaprovechar la oportunidad. La opción ejidense quedaba más cerca que ir a Madrid, Barcelona o San Sebastián. "Es un grupo que es un auténtico espectáculo. Nada más que el montaje que lleva merece la pena. Aparte de que nos gustan. Es cierto que por nuestra edad estamos entre una generación y otra, pero sabemos que va a ser un espectáculo. Ya que están aquí hay que verlos", apunta Manolo.

- Roqueros de Murcia. León, cantante de rock de 38 años se trajo su grupo al completo: León y Los Magos. Son de los incondicionales y de los que se habrían ido a Sevilla o Granada si la cita con los Stones hubiese sido allí. Carlos Boix, de Elche y de 46 años; y Josemi, de 43 años, completan la terna del grupo. "Hemos venido aquí porque Almería nos pillaba más cerca", explican. "Almería me encanta. Esto está de muerte y además nos ha gustado mucho El Ejido porque se ve que esto está bien organizado. No hemos pillado muchos atascos, hemos comido abajo y la verdad es que está bien", indica Carlos.

- Reivindicaciones agrarias. Francisco Escobar, secretario de la comunidad de regantes Tierras de Almería, no dudó en acudir a la cita musical para dar a conocer el problema de los agricultores relacionado con la titularidad de unos pozos de agua. Repartieron abanicos a las puertas del estadio con su reivindicación. Pese a la protesta, los agricultores también se apuntaron al espectáculo. "Seguramente tendremos que entrar y darle a Mick Jagger un abanico", apuntó Escobar.

- Los obreros del gazpacho. José Carrasco trabaja como inspector rural en la concejalía de Agricultura del ayuntamiento ejidense, promotora del reparto de los 10.000 litros de gazpacho que ha supuesto un éxito de promoción para los productos hortofrutícolas. Él era el encargado de una de las barras donde se daba la refrescante bebida. Al filo de las 19.00 horas en su puesto ya se habían suministrado casi 1.000 litros. Eso sí, los obreros del gazpacho, que vestían polos color naranja, entraron después al concierto como premio a labor desarrollada. "La imagen que tiene El Ejido por otros asuntos es negativa porque no han sabido comunicar su realidad. He estado con gente del País Vasco, de Zaragoza, Alicante y todos están maravillados diciendo que esto no es lo que se están vendiendo".

- Madre roquera. Laura, 40 años, no tenía con quién dejar a sus hijos de 9 y 11. Cogió el coche desde Granada y se plantó a las puertas del estadio sin entrada. "Es un poco cara y no sé si los niños aguantarán toda esta movida", dijo. Pese a todo, tuvo su recompensa con un saludo del propio Jagger, que le tiró un beso justo cuando entraba al estadio, minutos antes de las 19.00 horas. "Hemos venido de curiosos pero hemos visto a Mick Jagger y Keith Richards. Lo tenemos en la cámara. Yo soy fan de siempre de ellos. Sé que era Keith porque siempre va con un gorro negro", contaba emocionada.

- Seguidores de nueva savia. Juan Francisco López Artero, 31 años, ni siquiera había nacido cuando los Rolling sacaron sus primeros éxitos mundiales. Él y los de su generación son la nueva savia stoniana que sabe apreciar el rock y hace gala de ello. "Los vi en 2003 en Madrid, en el Calderón, en la gira de Forty Licks". Juanfra, como le gusta que lo llamen, duda que el de El Ejido sea el último concierto de sus Satánicas Majestades en España. "Con la vitalidad y energía que tienen los Rolling Stones y los roqueros que son nunca se sabe. Siempre pueden tener mono de salir de nuevo en gira y pueden volver de nuevo a España", pronostica.

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