La edad del 'hip-hop'

Puede que en España parezca algo nuevo, pero esto del hip-hop ya tiene muchos años. Tantos que incluso ha acuñado una galería de conductas, actitudes y lugares comunes que le hermanan con cualquier otra música con historia. El primero de estos tics es la propia autoindulgencia y el uso de términos como leyenda aplicados a sus pioneros. Uno de estos veteranos actuó anteanoche en el festival Urban Funke de Barcelona, cuyas actuaciones musicales de la tercera edición se han celebrado en el Poble Espanyol. Era Grandmaster Flash y, aunque quizá él no lo pretendía, con su concierto dio la sensación de que el hip-hop ya es conservador.

Y es que la sesión de disc-jockey de Grandmaster, seguida por un reducido número de público, fue más un entrañable homenaje que una actuación capaz de transmitir emoción. Haciendo de su habilidad con los platos el centro de su propuesta, el disc-jockey engarzó una sesión de éxitos pretéritos que por su dinámica y puesta en escena parecía una lección de historia de la música. Lo mejor, que Grandmaster tuviese el gusto de acercarse a la escena local mezclando tres temas de La Mala.

Al margen de la demostración de habilidad del seminal disc-jockey del hip-hop, la noche del viernes suponía la reaparición de Mucho Muchacho al frente de 7 Notas 7 Colores. Que hace tiempo no subía al escenario se le notó en algunos problemas de dicción evidenciados durante su concierto, pero de igual manera quedó claro que sigue siendo uno de los recitadores más carismáticos, fluidos y convincentes de España.

Presentó temas de su nuevo disco, que contará con bases de dj Vadim, estrenó un single de letra tóxica titulado Tenemos droga y en el apartado de clásicos no faltaron Será mejor, Nikes nuevas y Amor y plata. Fue un entremés de lo que con la edición en invierno de El instituto del hip-hop ocurrirá en los escenarios de España con el retorno de 7 Notas 7 Colores.