"Juro ante mi sueldo que soy bueno, pero por imperativo legal"

Más de 220 ciclistas, más de la tercera parte de los 600 convocados, habían firmado un compromiso que consideran ilegal, abusivo, antijurídico y papel mojado. En el documento, los corredores juran por lo más sagrado -que es, según la Unión Ciclista Internacional (UCI), ideadora del asunto como gran medida de lucha contra el dopaje, un año de su salario- que nunca se han dopado, que nunca se doparán, que la Operación Puerto es un asunto ajeno y que ahí está su ADN para probarlo.

Como el Tour, inspirador de la UCI, ya ha anunciado que, con derecho o sin él, sólo dejará correr a los que firmen, y como los equipos andan locos por evitar conflictos, se pegan por aparecer como los organismos más limpios en un mundo inevitablemnte sucio y no han ahorrado llamadas de presión a sus ciclistas, éstos han acabado por asentir. pero a su manera

Firmas falsas

A la mayoría de los ciclistas les hace tanta gracia el asunto que, para dar más vuelo a la farsa, algunos han utilizado a propósito una firma falsa. "Total, mi abogado me ha dicho que el documento no tiene ningún valor legal y que incluso atenta contra alguno de mis derechos fundamentales, como el derecho al trabajo", explica un corredor que ha utilizado una rúbrica diferente a la suya habitual y que intenta conciliar sin dejarse llevar por el demonio su condición de sospechoso habitual. "Es tan ridículo como si a todo el que quiera trabajar de cajero en un supermercado, por ejemplo, le hicieran firmar que él no es un ladrón y que si le pillan con la mano en el cajón les da permiso a que le quiten un año de sueldo. Así, aunque sé que ante ningún tribunal podrán hacer valer mi juramento, si alguna vez me veo en un engorro, con la firma falsa aseguraré mis derechos".

Otros corredores han articulado una respuesta en común con sus compañeros de equipo. Así lo han hecho, por ejemplo, los del Euskaltel y los del Rabobank. Los nueve ciclistas del equipo vasco que correrán el Tour acompañaron sus firmas con un documento firmado, de verdad, ante notario en el que mostraban su desacuerdo con la medida, pero que lo hacen por imperativo legal, para estar en el Tour. Algo similar han hecho los del Rabobank, Freire, Flecha y Horrillo entre ellos, que han acompañado su firma de un documento público mostrando sus críticas. Horrillo, incluso, irá más lejos y escribirá una carta personal y crítica al presidente de la UCI.

Pese a todas las verdades tristes que esconde su iniciativa, la UCI, que por medio de uno de sus jefes antidopaje ha hecho saber a los ciclistas que tienen todo el derecho a la presunción de culpabilidad, la considera un gran éxito. Y la página web del organismo internacional, en el que se da cuenta al instante de los firmantes, se ha convertido en la más vista del hit parade ciclístico en internet. Es la página del morbo y de la farsa.