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Rafael Blasco | Nuevo Consell | El equipo de Camps

Camps nombra un Consell sin fabristas ni zaplanistas y con tres vicepresidencias

El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, nombró ayer a última hora de la tarde su nuevo gobierno. El Consell, que hoy tomará posesión de sus cargos, tendrá tres vicepresidencias, en vez de las dos anunciadas públicamente por Camps en los últimos meses.

El presidente premia la fidelidad de García Antón y De Rosa pese a las polémicas del metro y el fiscal del TSJ
Blasco ocupará Inmigración y Ciudadanía, de nueva creación, con menores competencias y presupuesto
Castellano es destinado a Gobernación, con competencias sobre emergencias e interior
Rambla se convierte en el nuevo hombre fuerte del Ejecutivo pese al fallido intento de controlar el área económica

La decisión de nombrar una vicepresidencia política -Vicente Rambla, que mantiene también la Consejería de Presidencia-, además de una económica -Gerardo Camps, aumenta su rango y mantiene la Consejería de Economía, Hacienda y Empleo- y otra de Bienestar Social -Juan Cotino, que asume la Consejería de Bienestar Social y es quien más sube en el escalafón- responde a la necesidad de Francisco Camps de superar las resistencias de Gerardo Camps a situarse en el organigrama por debajo de Vicente Rambla, que aspiraba a la vicepresidencia económica. El jefe del Consell justificó la aparición de una tercera vicepresidencia por la necesidad de que estuviesen representadas las tres provincias. Un criterio sobrevenido por el pulso entre Rambla y Gerardo Camps, que retrasó durante horas el anuncio del nuevo Consell.

El presidente ha querido además dejar claro que su gobierno está libre de cargas al no colocar ninguna persona vinculada ni con el portavoz del PP en el Congreso, Eduardo Zaplana, ni con el presidente del PP y de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra.

Por la mañana, el jefe del Consell se reunió individualmente con los tres consejeros zaplanistas Alicia de Miguel (Bienestar Social), Gema Amor (Cooperación) y Miguel Peralta (Justicia y Administraciones Públicas) para agradecerles los servicios prestados. En este contexto, Camps decidió nombrar a Trinidad Miró, enfrentada a Miguel Peralta en el PP de Alcoi, nueva consejera de Cultura.

El hasta ahora vicepresidente, Víctor Campos, que era el referente de Carlos Fabra en el Consell, ya había anunciado que dejaba la política. La cuota fabrista, por tanto, desaparece del nuevo Consell.

Del anterior Ejecutivo sólo continúan en el nuevo Consell, además de los citados vicepresidentes, los consejeros Alejandro Font de Mora, José Ramón García Antón y Rafael Blasco, aunque con desigual fortuna. El resto del nuevo gobierno procede del segundo nivel de la Administración valenciana o carece de experiencia política suficiente. Lo que, en conjunto, configura un Consell de perfil bajo, con un presidente plenipotenciario que se apoyará en tres vicepresidencias de su estricta confianza encargadas de coordinar toda la gestión.

Font de Mora ve frustradas sus aspiraciones de lograr la vicepresidencia de Bienestar Social y se queda en la Consejería de Educación, aunque pierde el área de Cultura y recupera la competencia sobre Universidades. Un área que, a instancias de Justo Nieto -al que Camps agradeció por la mañana los servicios prestados-, se desgajó en la anterior legislatura de Educación y se adjuntó a Empresas e Investigación. Iniciativa que ha resultado un fracaso clamoroso. Tanto que la Confederación de la Pequeña y Mediana Empresa (Pymev) aplaudió la decisión de separar nuevamente las consejerías.

El disgusto de Nieto por la decisión de Camps fue de tal calibre que presentó su renuncia al acta de diputado autonómico.

José Ramón García Antón pasa de la Consejería de Infraestructuras y Transportes a la de Medio Ambiente, Agua y Urbanismo. Camps recompensa así a García Antón, quemado tras el accidente del metro de la línea 1 de Valencia, con una cartera estratégica y con abundante presupuesto de la que previamente había apartado a Esteban González Pons enviándolo al grupo parlamentario.

Rafael Blasco es desplazado de la Consejería de Sanidad por Manuel Cervera, hasta ahora secretario autonómico de la Agencia Valenciana de Sanidad y hombre de confianza de Rambla. A Blasco, enfrentado al nuevo vicepresidente político y criticado por el Arzobispado de Valencia por su política respecto a la investigación con células madre, se le adjudica una cartera de nueva creación, Inmigración y Ciudadanía, con presupuesto y competencias menores.

Otra de las caras conocidas del nuevo Consell es la del ex portavoz del Grupo Popular en las Cortes, Serafín Castellano. Furibundo zaplanista en el primer tramo de la pasada legislatura y fiel campista en la segunda mitad y uno de los protagonistas de la reforma del Estatut. Castellano ocupará la Consejería de Gobernación, con competencias sobre interior, protección civil, emergencias y el desarrollo del Estatut.

Fernando de Rosa, hasta ahora secretario autonómico será el nuevo titular de la cartera de Justicia. Camps recompensa su lealtad pese al escándalo por su pretensión de crear una comisión que cuestionase la actuación del Tribunal Superior de Justicia, Ricard Cabedo.

Los nombramientos provocaron un hondo malestar en buena parte del PP, incluido el propio campismo. Entre los damnificados, además de zaplanistas y fabristas, están el ex presidente de la Diputación de Valencia Fernando Giner y los alcaldes de Crevillent y Torrevieja, Cesar Augusto Asencio y Pedro Hernández Mateo, que esperaban ser recompensados por su lealtad. El presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, tampoco consigue colar ningún consejero. Y personas del círculo próximo a Camps, como José Marí (responsable de los servicios jurídicos) también quedan fuera del Ejecutivo.

El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, ayer en el Palau, con la lista del nuevo Consell en la mano tras anunciar su composición.
El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, ayer en el Palau, con la lista del nuevo Consell en la mano tras anunciar su composición.CARLES FRANCESC

Una consejería más y pocas mujeres

El "mejor gobierno posible" que ayer anunció Camps aumenta en sólo uno el número de consejerías. Se pasa de 13 altos cargos a 14, aunque se remodela el organigrama para desgajar Cultura y deporte de Educación, por un lado, y Gobernación de Justicia y Administraciones Públicas. Además, se crea un departamento menor para alojar a Blasco.

El nuevo Consell mantiene los andamios del anterior Ejecutivo, aunque reforzando sus pilares. Da entrada a personas del segundo escalón, que se caracterizan más por su fidelidad que por su competencia. Y, además, incorpora a personas sin experiencia en la gestión de gobierno, como el presidente del Puerto de Alicante, Mario Flores, que ocupará la cartera de Infraestructuras y Transportes en sustitución de García Antón.

En coherencia con el criterio del PP, contrario a la paridad entre hombres y mujeres, el nuevo gobierno de Camps sólo contará con cuatro mujeres -en el anterior había tres-. Cultura, que ocupa Trinidad Miró; Industria y Comercio, con la ex directora de Feria Valencia Belén Juste; Agricultura, con la ex directora general del Instituto Valenciano de la Exportación, Maritina Hernández; y Turismo, con Angélica Such.

Tanto el portavoz del Grupo Socialista, Ángel Luna, como la de Compromís, Glòria Marcos, criticaron ayer el reducido número de mujeres que forman parte del Consell.

Luna, además, calificó de "ineficaz el solapamiento entre consejerías"?.

Marcos añadió que "se trata de un equipo donde Camps se asegura que nadie le hará sombra y demuestra que Blasco es el gran superviviente".

En este ambiente, Presidencia de la Generalitat se dedicó ayer hasta bien entrada la noche a ajustar los nuevos organigramas para distribuir las competencias entre las nuevas consejerías. Y, sobre todo, a intentar que el número de altos cargos se mantuviese, en la medida de lo posible, muy parecido al actual. Hoy jurarán los nuevos consejeros.

Mario Flores, Infraestructuras: Infraestructuras Un político hábil curtido en el puerto

Hace once años que es presidente de la Autoridad Portuaria de Alicante, Mario Flores (1956) empezó en política al lado Ripoll y del zaplanismo pero su "habilidad" política hizo que pronto se convirtiera al campismo y hombre de plena confianza del alcalde, Alperi y del consejero Antón. Su familia tiene una empresa consignataria de buques y la "logística" ha sido su principal aval.

Gerardo Camps, Vicepresidente de Economía, Hacienda y Empleo: El único miembro del núcleo duro

Gerardo Camps (Barcelona, 1963) es abogado y pertenece al círculo íntimo del presidente de la Generalitat desde que ambos coincidieron en la Universidad de Valencia. Es el único campista del núcleo duro que permanece en el Consell.

Su carrera política arrancó en Madrid como diputado nacional desde 1993 hasta 2000, cuando dejó su escaño para ocupar la Secretaria de Estado para la Seguridad Social. Volvió a Valencia para acompañar a Francisco Camps en las candidaturas a las Cortes en 2003.

Ocupó la Consejería de Hacienda, Economía y Empleo en momentos difíciles. Pero nunca perdió el sentido del humor. Consintió la suspensión de pagos de Terra Mítica y se ganó más de un enemigo en el seno de su propio partido. Ahora debe batirse el cobre con los vicepresidentes político y social, Vicente Rambla y Juan Cotino, para mantener su peso en el Consell. Cuando su predecesor en Hacienda, precisamente Vicente Rambla, era consejero de Sanidad tuvieron algún encontronazo notable en materia de gestión.

Su mayor esfuerzo por sanear las cuentas de la Generalitat se aprecia en la notable alza de los ingresos tributarios en los últimos cuatro años. Pero la contabilidad de la Generalitat sigue manga por hombro.

El plan de estabilidad presupuestario al que está sometida la Generalitat hasta 2008 restringe su capacidad de acción.

Pero tiene una ocasión de oro para demostrar su valía como representante del PP en las negociaciones para la revisión del modelo de financiación autonómica en compañía de Miguel Arias Cañete y Elvira Rodríguez.

Vicente Rambla, Vicepresidente político: Influyente, tranquilo y discreto

El nombramiento de Vicente Rambla como primer vicepresidente del Consell supone un reconocimiento a la discreta y eficaz labor de este político tranquilo que, pese a haber crecido políticamente de la mano de Eduardo Zaplana, se puso del lado de Francisco Camps en los primeros momentos de la crisis interna del PP entre campistas y zaplanistas, para convertirse ahora en el hombre fuerte del Consell. Es, también, la confirmación de que ha ganado su pulso político con Rafael Blasco.

Castellonense, licenciado en Derecho, este inspector de Hacienda, que en septiembre cumplirá 44 años, aterrizó en política en 1995 de la mano de Joaquín Farnós para llevar las cuentas de Sanidad. El PP acababa de ganar las elecciones y Rambla dejó el puesto de jefe de la unidad de Inspección de Hacienda en Barcelona. Tras dos años de prueba, el joven político volvió a lo suyo, esta vez como delegado especial de la Agencia Tributaria en la Comunidad Valenciana. Pero había causado buena impresión a Eduardo Zaplana, quien tras las elecciones de 1999 le nombró consejero de Hacienda. En junio de 2003, ya con Francisco Camps como presidente, Rambla volvió, esta vez como consejero, al departamento de Sanidad, donde permaneció hasta mayo de 2006. Para entonces, este político ya maduro y experimentado había visto claro el camino y, en el enfrentamiento interno del PP entre campistas y zaplanistas, había tomado partido por el presidente: desmanteló, sin hacer apenas ruido, toda la estructura zaplanista del primer departamento de la Generalitat por volumen de gasto. Camps lo sacó de Sanidad y, aunque le dejó sin funciones ejecutivas, le confió la Consejería de Relaciones Institucionales y Comunicación y le nombró su portavoz oficial. Desde ese puesto, en el último año Rambla se ha acercado cada vez más a Camps y ha incrementado su influencia en el Consell y en el partido. No en vano, recibió el encargo de coordinar la campaña del PP en las recientes elecciones autonómicas. Y todo sin cejar en su pulso con Rafael Blasco, que le sustituyó en Sanidad, aunque tuvo que asumir la continuidad de los altos cargos ligados a Rambla. Uno de ellos, Manuel Cervera, es desde ayer el consejero de Sanidad, mientras Blasco se ha tenido que conformar con la nueva Consejería de Inmigración y Ciudadanía.

A. Font de Mora, Educación y Universidad: Del pupitre, a la grada universitaria

"Estoy aquí para jubilarme", anunció sin complejos Alejandro Font de Mora (1949) en su toma de posesión de la Consejería de Educación en 2004. Este forense, forjado en la cantera de la transición, es el único en revalidar título en su propia cancha, aunque desvestido de la Cultura y vuelto a vestir con un hábito capaz de encajar ante la toga universitaria y el pupitre de escuela.

Juan Cotino, Vicepresidente de Bienestar Social: La cartera más bonita

Juan Cotino (1950) no evitó disimular su satisfacción por ocupar la vicepresidencia de Bienestar Social: "La cartera más bonita de la Generalitat", dijo. El ex consejero de Agricultura nunca ha ocultado su preferencia por esta área, cuyas competencias ya ejerció durante su etapa como concejal del Ayuntamiento de Valencia. Cotino ha conseguido lo que no pudo lograr Rafael Blasco, gestionar de forma conjunta el área sociosanitaria del Consell. El actual consejero de Inmigración y Ciudadanía intentó en vano en 2001 extender sus competencias al área de sanidad que gestionaba Serafín Castellano.

Cotino había sonado en numerosas ocasiones como responsable de la política social del Gobierno valenciano. Estuvo cerca de colmar este deseo en la legislatura pasada, pero las hipotecas que arrastraba Camps con los fieles de Eduardo Zaplana se lo impidieron. Ahora, libre de ataduras, el responsable del Consell no sólo le ha otorgado esta responsabilidad, sino que le ha elevado al cargo de vicepresidente y es de suponer que estará al frente de un departamento que tendrá poco que ver con la maría que ha sido hasta el momento, especialmente en términos presupuestarios.

El presidente del Consell ya dio ayer algunas pistas sobre la nueva envergadura que tomará esta consejería al ser la responsable de desarrollar la Ley de Dependencia, uno de los grandes retos que tendrá que afrontar Cotino. Además, como supervisor del área sociosanitaria, según aludió ayer Camps, tendrá bajo su batuta la dirección del área sanitaria, con Manuel Cervera como consejero, y, previsiblemente, de inmigración, al cargo de Rafael Blasco.

Trinidad Miró, Cultura: Una profesora de danza de Alcoi

Su gestión en el Ayuntamiento de Alcoi no ha estado exenta de polémicas: se opuso a que el cantautor Ovidi Montllor tuviera un centro en Alcoi, su ciudad natal. Fue polémica la supresión de las Jornades de Sociolíngüística y su mérito principal fue remodelar los teatros Principal y Calderón de Alcoi. Trini Miró (1960) fue profesora de danza y directora del Conservatorio Joan Cantó antes de ser concejal.

Manuel Cervera, Sanidad: De 'número dos' a consejero

El ascenso de Manuel Cervera (1962), actual número dos de Sanidad, a responsable del departamento representa la consolidación del equipo de gestores del que se rodeó Vicente Rambla a su paso por la consejería, por lo que se prevén pocos cambios. Este oftalmólogo, amigo de Francisco Camps, llegó a Sanidad en 2003 como director general y en 2005 fue nombrado secretario autonómico.

Belén Juste, Industria y Comercio: Una sorpresa desde la Feria

El nombramiento de Belén Juste, abogada de 47 años, como consejera de Industria y Comercio fue una auténtica sorpresa. Juste trabajaba en una filial de Metrovacesa hasta que Alberto Catalá la fichó como directora general de Feria Valencia en 2000. Dirigió la millonaria y costosísima ampliación del recinto ferial y dejó el cargo cuando concluyeron las obras. Es una mujer de carácter.

Fernando de Rosa, Justicia y Admón. Pública: El fiscal jefe en el punto de mira

Fernando de Rosa, Valencia, 1959, ha pasado la legislatura a las órdenes de Miguel Peralta. Los problemas entre ambos no se hicieron esperar. Las sensibilidades del que fuera decano de los jueces de Valencia poco tuvieron que ver con su jefe. Pasó uno de sus peores momentos cuando se le adjudicó la creación de una comisión de expertos para examinar al fiscal jefe. Vio incluso hurtado su presupuesto en algunos ejercicios pero ha encajado los golpes al estilo que Camps necesitaba.

Angélica Such, Turismo: Una abogada sin experiencia política

Licenciada en Derecho, con cuatro hijos, apenas tiene experiencia política. De hecho, Camps la nombró directora de Relaciones Institucionales en las Cortes cuando ya se habían disuelto. Ahora, Angélica Such (1964), tenía previsto asumir la concejalía de la mujer en Benidorn, y su relación con el turismo es escasa. Políticamente está vinculada a la familia del senador Barceló y su padre, Pepe Such, fue alcalde por la UCD en la transición política.

José R. García Antón, Medio Ambiente y Agua: Un técnico para lo 'verde' y el ladrillo

José Ramón García Antón (Sant Vicent del Raspeig, 1948) es ingeniero de caminos y su carrera política, iniciada con Eduardo Zaplana, ha estado ligada desde 1998 a la cartera de Infraestructuras, que deja tras lidiar sin dimisiones la crisis por el trágico accidente del metro en Valencia. Considerado de perfil técnico y experto en temas de agua, asume la tarea de destacar la política verde y de defensa de los trasvases, al tiempo que gestionará la ordenación del territorio, marcada por el urbanismo salvaje.

Maritina Hernández, Agricultura: Tradición y comercio

Maritina Hernández (Alcàsser, 1959) es doctora en Ciencias Químicas. Su padre, Vicente Hernández, fue presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores. Parecía predestinada a investigar en el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias, donde trabajó nueve años. Pero un curso la llevó al Impiva y la apresurada salida de José María Tabares, a la dirección del Ivex. Ahora debe combinar tradición y gestión comercial para intentar superar la ruina del sector agrícola.

Serafín Castellano, Gobernación: Solo ante las emergencias

Serafín Castellano, Benissanó (1964), cambia la brega diaria en las Cortes Valencianas, donde en la pasada legislatura ha ejercido de portavoz del PP, por una consejería de nuevo nombre que engloba las competencias de Interior, Protección Civil y Emergencias, a las que añade el desarrollo del Estatut, que Camps le encomienda también, quizá para compensarle, y como premio a su trabajo en la redacción de la reforma estatutaria.

Rafael Blasco, Inmigración y Ciudadanía: Crear una consejería de la nada

En su quinta responsabilidad como consejero desde que el PP accedió al Palau de la Generalitat en 1995 (Empleo, Bienestar Social, Territorio, Sanidad y ahora Inmigración), Francisco Camps le ha encomendado a Rafael Blasco (1945) la tarea de convertir una dirección general casi clandestina -la de Inmigración, enmarcada hasta ahora en Bienestar Social- en una consejería capaz de hacer frente a los retos que plantea esta cuestión.

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